Las mujeres contemporáneas 'discriminan' a los hombres románticos

El estereotipo de que las mujeres aprecian mucho el romanticismo y la modestia en sus admiradores ha sobrevivido a todas las épocas.

Sin embargo, los psicólogos de la Universidad de Rutgers en New Jersey, EE. UU., han derrumbado este mito.

Concluyeron que en realidad el verdadero 'sueño dorado' de una mujer contemporánea no es un príncipe azul, sino un 'macho'.

Más aún, las féminas consideran el romanticismo y la modestia como una desventaja para un hombre, tanto en las relaciones amorosas como en el terreno profesional: estas cualidades le impedirían lograr éxito y, por consiguiente, poder mantener a una familla en el futuro.

Además, subconscientemente la modestia en los varones se percibe como una muestra de baja autoestima, un bajo estatus social o debilidad. Según los investigadores, esto se debe al modelo de expectativas de comportamiento dominante por parte de un hombre.

Una de las coautoras del artículo, Corinne A. Moss-Racusin, comenta que la sociedad permite a una mujer que sea modesta y frágil, mientras que para un varón este modelo de comportamiento es totalmente inaceptable. Por otro lado, una conducta dominante es muy despreciada cuando se trata de una fémina: se aprueba cuando es comunicativa y sociable, pero no cuando busca imponer su punto de vista de una manera agresiva.

Los psicólogos basaron sus conclusiones en una serie de experimentos con 232 estudiantes involucrados: 132 mujeres y 100 varones. Sin embargo, aunque se presupone que los científicos no son muy románticos, se concentraron, en primer lugar, en los efectos del romanticismopara la carrera profesional.

Los voluntarios vieron vídeos de 15 minutos de duración con entrevistas grabadas en las que candidatos que pretendían ocupar todo tipo de puestos se presentaban a sí mismos en las oficinas de sus presuntos futuros empleadores.

Participaron actores profesionales de ambos géneros. Todos ellos mostraban el mismo nivel de calificación para un cierto puesto, pero diferentes modelos de comportamiento estipulados por los científicos.

Los estudiantes estaban seguros de que estaban viendo entrevistas reales. Al estudiar un vídeo, daban su 'nota' al candidato. Resultó que los espectadores de ambos géneros pusieron las notas más bajas a los candidatos masculinos modestos, mientras que las mujeres modestas no habían provocado en los voluntarios ningún tipo de emoción negativa.

Sin embargo, Moss-Racusin acentúa que, en la mayoría de los casos, un empleador prefiriría a un hombre modesto y no a una mujer dominante.