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Las cabras prohibidas de la Reserva Natural del río Setún

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¿Es posible vivir una vida campestre en una gran metrópoli? Sí, siempre y cuando las autoridades no estén en contra.
Las cabras prohibidas de la Reserva Natural del río Setún

¿Es posible vivir una vida campestre en una gran metrópoli? Sí, siempre y cuando las autoridades no estén en contra.

Al este de la capital rusa se halla una granja particular que las autoridades de la ciudad quieren desalojar. Serguei Alekséychik, el propietario de la finca, lleva muchos años criando cabras y abasteciendo a  los  vecinos con leche fresca y saludable. A pesar de que nadie se ha quejado de la calidad de los productos, el hecho de que la granja esté situada en la Reserva Natural del río Setún, en los límites de la ciudad de Moscú, causa problemas.

Así lo aseguran las autoridades. Como explicó Alexei Biriukov, el encargado de la reserva, “La situación es absolutamente ilegal. En ese territorio Serguei Alekseychik no tiene ningún documento para construir algo o criar animales. Este es un terreno que se encuentra bajo protección para la conservación de comunidades biológicas en Moscú".

Serguéi Alekséychik fue marino y buzo. Cuando dejó esa ocupación levantó su casa y un establo para albergar a sus cabras, las que empezó a criar después de que una anciana le aconsejara tomar su leche como terapia. Vive hace nueve años en la reserva, tiempo en el que se ha relacionado con los vecinos y también ha construido una fiel clientela a sus productos. La gente toma la leche para mejorar su salud, e incluso obtiene buenos resultados en la cura de malestares causados por accidentes de tránsito.

Sin embargo, la leche también es parte del conflicto. Las autoridades cuestionan las condiciones sanitarias y la alimentación de los animales y recomiendan no beber la leche. Serguéi desecha este asunto argumentando de que en Rusia hasta ahora no hay estándares de calidad para este tipo de productos.

Además, propone una original solución contra el desempleo: “Ahora que vivimos en tiempos de crisis, si le dieran a cada desempleado una cabra, ésta le daría unos 5 litros diarios de leche, o sea que ganaría mil quinientos dólares mensuales vendiéndola. Eso es mejor que entregarle un subsidio", opina Serguéi.

Pero lo que no se puede negar es el impacto que hacen las cabras al medioambiente de la reserva natural. Los árboles con los que se pretende reforestar han resultado dañados por la acción de los animales. Éstas comen la corteza de los troncos dejando al árbol sin su protección natural y muchos de ellos se han secado. Por esta razón las autoridades esperan que se ejecute la orden judicial que manda desalojar el terreno del pastor urbano. La notificación debiera llegar antes de fin de año y pondría fin a esta particular granja capitalina.

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