El mundo aplaudía de pie a Yuri Gagarin
La hazaña de Yuri Gagarin se inmortalizó no sólo en las almas de los ciudadanos rusos sino en otros países. En ellos, el primer cosmonauta siempre fue un huésped muy esperado, hecho que se manifestó durante sus numerosas visitas donde fue calurosamente acogido con honores militares.
El primer viaje después de su vuelo
El primer viaje después de su vuelo lo realizó a la República Checa, por entonces Checoslovaquia. Llegó en un avión Tu-104 a Praga. Los pasajeros reconocieron al cosmonauta legendario y le pidieron un autógrafo. El comandante del avión, P. M. Mijáilov le invitó a la cabina y le dio un mando.
En República Checa el cosmonauta visitó una fundición y allí recibió una estatuilla de honor de parte del fundidor.
Además, el Gobierno checo le honró con la alta condecoración “Héroe del Trabajo Socialista del País”.
Gagarin después se dirigió hacia Bulgaria. Al acercarse a Sofía, los pilotos búlgaros le saludaron con un vuelo especial realizado en su honor. El héroe visitó varias ciudades y en Plovdiv y Sofía fue nombrado "ciudadano de honor".
Gagarin visitó Finlandia dos veces, en 1961 y 1962.
Gagarin en el Reino Unido
En julio de 1961, el cosmonauta llegó al Reino Unido por invitación del gremio de fundidores del país. Durante la visita, el héroe ruso fue galardonado con una medalla de oro otorgada por el Fondo para el Desarrollo de las Tecnologías Cósmicas y se reunió con el primer ministro Harold Macmillan y la reina Isabel II quien, en contra de todas las tradiciones, se fotografió con Yuri. Isabel explicó que el cosmonauta no era una persona ordinaria sino celestial, y por eso su salida de protocolo no podía ser calificada como una violación del ceremonial.
Otra ocasión fuera de lo común se remonta a los casos que ocurrieron en el Palacio de Buckingham. Por ejemplo, Gagarin confesó que no sabía emplear los numerosos cubiertos en la mesa, incluso durante la recepción oficial sacó de su taza de té una rodaja de limón y se la comió para consternación de todos los presentes. Isabel II siguió el ejemplo de Gagarin y al tragar su rodaja dijo con una sonrisa: “¡Deliciosa!”.
El cosmonauta en Cuba
El 24 de julio de 1961, el avión con Yuri Gagarin a bordo se preparaba para aterrizar en el aeropuerto José Martí en La Habana y de repente nubes cubrieron el cielo y una fuerte lluvia tropical cayó en la capital cubana; parecía que la naturaleza se había decidido a celebrar la llegada del famoso cosmonauta a la isla. A pesar del tiempo el plan de la reunión no se interrumpió.
Ni Fidel Castro ni los miles de cubanos reunidos vacilaron y permanecieron inmóviles bajo la lluvia que se detuvo de pronto en el momento en que el cosmonauta descendía por la escalinata.
La llegada de Gagarin fue como un impulso de energía para los cubanos. El cosmonauta, que por primera vez estuvo para la fiesta del Asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1961, fue condecorado con la orden cubana más importante: Playa Girón.
Además, a Yuri Gagarin y Ernesto Che Guevara los unía una sólida amistad. El ruso era el presidente de la Sociedad Soviético-Cubana de Amistad, el Che encabezaba tal sociedad.
Gagarin en Brasil
Asimismo, a Gagarin también le brindaron en Brasil una acogida triunfal: el primer cosmonauta fue distinguido allí con la condecoración más alta para los pilotos brasileños —la “Cruz del Aeronauta Emérito”— instituida en homenaje del primer piloto del mundo: Santos Dumont.
El mundo aplaude a Yuri Gagarin
Tan solo en el año 1961 Gagarin visitó la República Checa, Bulgaria, Finlandia, el Reino Unido, Polonia, Cuba, Brasil (con escala en la isla de Curazao), Canadá (con una escala en Islandia), Hungría, la India, Sri Lanka (entonces Ceilán) y Afganistán. En todas partes fue recibido con ovaciones como un héroe nacional.
En Nueva York su viaje pasó desapercibido
En Estados Unidos (en particular Nueva York), adonde Gagarin realizó una visita no oficial con la primera mujer cosmonauta —Valentina Tereshkova— por invitación del entonces secretario general de la ONU, U. Thant, el primer viajero espacial no fue aclamado con ovaciones.Los ciudadanos parecían no conocer a la persona que abrió a la humanidad el camino a las estrellas.