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Pintura a bordo de las naves

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La mano temblorosa opta por un trípode cuando quiere hacer una foto. ¿Pero qué sucede si la imagen se debe hacer en la cubierta de un barco, y resulta que es una pintura?
Pintura a bordo de las naves

La mano temblorosa opta por un trípode cuando quiere hacer una foto. ¿Pero qué sucede si la imagen se debe hacer en la cubierta de un barco, y resulta que es una pintura?

En la ciudad rusa de Kalinigrad ha renacido la tradición de los pintores marinistas, que acompañaban las grandes expediciones. En la Academia Estatal Báltica de la Flota de Pesca, donde preparan a los especialistas para las naves científicas y de seiners, se creó un taller de pintores que podrán participar en los viajes marítimos.

No sabemos si un pintor acompañó a Cristóbal Colón en sus viajes de nuevas  tierras y paisajes recién descubiertos, pero sí que existieron marineros del siglo XVII, que pintaron las visiones en sus cuadernos con grafito y acompañaron a personajes como James Cook. En Rusia, en el siglo XIX, existió incluso un puesto especial, con el título honorífico de 'principal pintor del Estado Mayor Naval'. Lo tenía el gran artista ruso Iván Aivazovski, que participó en múltiples campañas de marina de guerra y navegaciones.

Sus herederos actuales son los hermanos Vladímir y Oleg Levkov, que organizaron un taller creativo fundamental para la academia 'de pescadores' que hoy renacen la tradición de Aivazovski.



Durante su servicio como oficiales de la Marina Báltica, gracias a sus navegaciones de altura y ejercicios, crearon una galería entera de obras dedicadas al mar, los marineros y las naves de batalla. Las pinturas marinistas se expusieron en los museos de Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Países Bajos, Finlandia y otros.

Los hermanos Levkov son capitanes de navío de reserva que renunciaron a la Marina Báltica “con motivo de su reforma”. El romanticismo todavía reina en su creación, que se centra en el desarrollo de la marina de velas en Rusia.

“La historia confirma que los pintores participaban de muchas expediciones marinas, en las que se hicieron grandes descubrimientos. Recordemos  la revelación de la Antártida por la tripulación comandada por Fabian Gottlieb, von Bellingshausen y Mijaíl Lázarev, en el inicio del siglo XIX. Los litorales del entonces desconocido continente fueron pintados Pável Mijáilov. Las obras de Iván Aivazovski, Alexei Bogoliúbov y Vasili Vereschagin también nacieron en las aguas dilatadas”, destaca Vladímir Levkov.


Los pintores marinistas iniciarán a los cadetes en el arte, primero en el formato de lecciones y discusiones sobre pintura y los maestros famosos. “Aceptaremos a todos los que quieran dedicarse profesionalmente a la pintura con mucho gusto en nuestra ‘familia’ creativa y ayudaremos a desarrollar su talento”, destacan los hermanos.

En estos días en el Museo de Arte e Historia de la Región de Kaliningrad, se exponen las obras de los hermanos Levkov ‘Velas y Mar’. El ‘héroe’ central de la muestra es una nave de velas, ‘Kruzenshtern’. La cubierta de este legendario buque escuela será el lugar principal de creación para los pintores marinistas.

Cabe destacar que, durante la navegación, los pintores solían realizar solo dibujos a lápiz para después en el estudio trabajar con acuarela y óleo. Así siempre hacía Iván Aivazovski, quien durante sus viajes por mar enriquecía sus observaciones y en sus carpetas se acumulaban y multiplicaban los esbozos.

“Una persona que no goza de una memoria que pueda guardar las impresiones de la naturaleza viva, puede hacerse un copista de cuadros perfecto, un aparato de fotografía vivo, pero hacerse un pintor verdadero, eso nunca. Los movimientos de los elementos vivos no son atrapables por el pincel. Pintar al natural una flecha de rayo, una ráfaga de viento, el embate de una ola es imposible. La trama de la pintura se compone en mi memoria como la trama de un poema…”, destacaba en su momento Iván Aivazóvski.



‘La batalla del Mercury con las barcas turcas’, 1892, de Iván Aivasóvski. Esta batalla sucedió el 14 de mayo de 1829. El Mercury patrullaba con sus 18 cañones la costa del Bósforo y se encontró con la escuadra turca. Su comandante decidió empezar la batalla. Maniobrando con habilidad y no dejando a los turcos aprovechar su superioridad en artillería, el Mercury causó tales daños a las naves, que tras tres horas de batalla dejaron de perseguirles.

‘La batalla de Navarino’, 1848, de Iván Aivazóvski. Las flotas combinadas británicas, francesas y rusas entraron a la bahía donde se concentraba la flota turco-egipcia. Tras las pruebas infructuosas de hacer negociaciones y el bombardeo de la flota por las naves turcas y baterías litorales en octubre de 1827, inició la batalla de Navarino. Las naves rusas, en el centro, aceptan el golpe principal de las fuerzas turco-egipcias y virtuosamente destruyen la mayor parte de la flota del enemigo.

¿Alguien probará pintar en la cubierta de un yate? Dicen que es un sentimiento inolvidable.

¿Conoces pintores modernos que viajen en yates y barcas?

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