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Un falso niño publicó su correspondencia con celebridades

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'El pequeño Billy' escribió numerosas cartas pidiendo consejos de las figuras más famosas de la sociedad estadounidense: celebridades, políticos e incluso los más siniestros criminales, y en efecto recibió respuestas francas y generosas. Lo más interesante que en realidad Billy es un hombre
Un falso niño publicó su correspondencia con celebridades

'El pequeño Billy' escribió numerosas cartas pidiendo consejos de las figuras más famosas de la sociedad estadounidense: celebridades, políticos e incluso los más siniestros criminales, y en efecto recibió respuestas francas y generosas.

Lo más interesante que en realidad Billy es un hombre adulto, un escritor de Los Ángeles llamado Bill Geerhart, quien fingió un joven de diez años, imitando la escritura infantil e incluso errores ortográficos, para tomar el pelo a las personas famosas. Las cartas en las que ellas le respondían desde mediados de los noventa, cuando Geerhart empezó su picardía en un momento en paro, ahora están publicadas en el libro 'Las cartas del pequeño Billy' (Little Billy’s Letters).

'El pequeño Billy' dirigió sus preguntas ingenuas a varias personas públicas, desde el presidente de la asociación nacional de los vagabundos, hasta el ex presidente estadounidense Gerald Ford. En la lista de sus correspondencias figuran el ex secretario de estado Henry Kissinger, el doctor Jack Kevorkian, el notorio partidario de la eutanasia (le respondía desde la celda de la cárcel), así como el padre de Sarah Palin, quien le escribió una detallada carta en vez de su ocupada hija.

El supuesto muchacho por ejemplo preguntaba a Janet Reno, la Fiscal General de Bill Clinton, que quién era el mejor luchador contra la crimen: Batman o Terminator, e intentaba conocer la opinión del ex secretario de Defensa Robert McNamara acerca de posibles estrategias de proteger su cabaña en el árbol de vecinos curiosos.

Uno de los consejos más profesionales 'El pequeño Billy' lo recibió de Robert Shapiro, el abogado que se hizo famoso en 1994 tras vencer el caso del deportista O.J.Simpson, acusado de haber asesinado a su esposa y su amigo. El niño denunció que le acusaban de romper una muñeca de su hermana, mientras que en realidad fue el perro quien destrozó el juguete. El abogado le aconsejó recolectar las pruebas materiales del crimen cometido por el perro, tales como las huellas de sus dientes en los trozos de la muñeca, la pertenencia de los cuales al dicho perro podría certificar un experto dentista.

La correspondencia con Billy la mantenían incluso los criminales más siniestros de la historia. Charles Manson se lamentó que no recibía en la cárcel su favorito periódico New York Times a tiempo, y David Berkovits, el maniático que causaba terror entre los ciudadanos de los Estados Unidos en los años setenta, se quejó de su destino y le aconsejó al pequeño no cometer los errores suyos.

El chico travieso también se interesaba de unas cosas que los buenos niños no deben preguntar. Escribió una carta a Larry Flint, preguntando si hay algunas publicaciones pornográficas para los pequeños. El famoso editor de Hustler le trató de reconciliar afirmando, que cumpliría los 18 antes de que se diera cuenta. Pero su mentira estaba a punto de frustrarse cuando, al preguntar a los mormones si de veras a ellos se les permite tener muchas mujeres, una comisión misionaria se presentó en su domicilio, buscando poner al adolescente hacia el camino de la verdad.

'Las cartas del pequeño Billy' publicados por William Morrow, tienen 240 páginas y se venden por 19,99 dólares.

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