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Declaran inocente y liberan a un estadounidense tras 30 años en el corredor de la muerte

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Henry Lee McCollum había pasado encarcelado 30 años de su vida, esperando que se ejecutara su condena a pena de muerte. El pasado 2 de septiembre salió en libertad después de que la justicia estadounidense le declarara inocente.
Declaran inocente y liberan a un estadounidense tras 30 años en el corredor de la muerte
"Acabo de librar a un hombre inocente de la cola de espera de ejecución (…). Ahora, algunos esperan de mí que yo me sienta satisfecho e incluso feliz. La verdad es: estoy furioso (…). No puedo olvidar que este caso fue, sobre todo, una tragedia. Ni siquiera 30 años de apelaciones fueron suficientes para desenterrar la verdad", escribió el abogado de McCollum, Kenneth J. Rose, en su columna en 'The Washington Post'.

McCollum y su medio hermano, Leon Brown, ambos con discapacidad intelectual, fueron condenados a muerte en 1984 por presuntamente haber violado y asesinado a Sabrina Buie, de 11 años de edad, en 1983. En 1991, los dos tuvieron un nuevo juicio que confirmó la pena de muerte paraHenry y cambió los cargos y la sentencia para Leon: le declararon culpable solo de violación y sustituyeron la ejecución por cadena perpetua. Esta semana Leon también salió en libertad. Fue posible gracias a que nuevas pruebas de ADN mostraron que fue otra persona, un violador y asesino en serie, quien cometió el crimen que se le atribuía a ambos.
Dos hombres inocentes han pasado tres décadas de su vida siendo, esencialmente, torturados 

"Fui abogado de Henry durante los últimos 20 años, (…) pero no podía ayudarle. Firmó una confesión detallada antes de que la legislación cambiara y requiriera grabar las confesiones en video. No tenía manera de probar que los detalles en la confesión que la Policía había escrito en nombre de Henry —hasta la marca de cigarrillos que él estaba fumando— eran proporcionados por los propios agentes. Me dijeron que los archivos policiales sobre el caso de Henry se habían perdido, así que yo no podía decir cuántas pruebas la Policía debió ignorar para endosarle este crimen a dos jóvenes discapacitados sin antecedentes violentos", detalla Rose.

A McCollum le detuvieron sin evidencias físicas en su contra. Los policías le mantuvieron en la sala de interrogatorio durante cinco horas y le prometieron que podría irse a casa si firmaba una confesión. El joven de 19 años de edad con discapacidad intelectual fue lo suficientemente ingenuo como para creerles.

"Estoy furioso, porque vivimos en un mundo donde se puede robar la vida de dos chicos discapacitados, donde los policías pueden mentir e intimidar con impunidad (…). Dos hombres inocentes han pasado tres décadas de su vida siendo, esencialmente, torturados", comenta Rose.

McCollum resultó ser el preso que batió el récord de espera de ejecución en el estado de Carolina de Norte. Durante 30 años McCollum observaba cómo escoltaban a otros presos a la cámara de ejecución. Según su abogado, llegaba a sentirse tan turbado durante las ejecuciones que tenían que aislarle para que no se hiciera daño. Fue encarcelado cuando tenía 19 años. Ahora tiene 50. Durante este tiempo, murieron su abuela, que ayudaba a criarle, y su madre.
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