Un grito joven recorre la Vieja Europa
Entre los manifestantes que salen a las calles de Italia y de Grecia la voz de los estudiantes se hace oír cada vez más fuerte. A pesar de su edad, tienen un punto de vista muy consolidado y quieren cambios.
"Con una botella de agua no se apaga un incendio"
Estos jóvenes tienen mucho de qué preocuparse. Según la Organización Internacional del Trabajo, el promedio de desempleo juvenil a nivel mundial entre 2010 y 2011 fue del 13%. Y en Italia la tasa alcanza ya el 40%. Pese a los recientes cambios en el curso político, tanto en el sector público como en los mercados las soluciones tardan en aparecer.
"Hasta el momento sólo hablan de austeridad. De reducir el déficit, de reducir el gasto, de aumentar los impuestos y cosas por el estilo, pero me parece que no es una solución. Porque con una botella de agua no se apaga un incendio. Se necesita crecimiento y sin crecimiento no se puede garantizar ningún futuro”, dice Stefano, uno de los activistas, a RT.
"Es muy duro afrontar a la vez la situación nacional y la internacional", estima la estudiante italiana Elena Innocenzi. "Tenemos a Europa que ya tiene muchos problemas para arreglar la política de los estados miembros y ahora con el euro estamos todos entrelazados económicamente. Y hemos visto el ejemplo de Grecia, de cómo el Gobierno de un país repercute en otros estados miembros", comenta la joven.
"¿Cómo podemos crecer rápido con medidas de austeridad?"
El crecimiento económico durante la época de estancamiento es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la Unión Europea, presa de una dura austeridad presupuestaria.
"Es muy complicado porque cada vez que se habla de que hay que crecer más rápido, surge una pregunta: cómo podemos permitirnos esto si introducimos medidas de austeridad", explica el economista Marcello de Cecco.
Actualmente la tarea principal de la clase política es recomponer la situación financiera de Italia y de Grecia. Y Mario Monti y Lucas Papademos, dada su experiencia en el sector bancario, parece las personas adecuadas para acometer esta misión. Pero ambos tienen 68 y 64 años, respectivamente, y sus equipos gestores también son de una edad avanzada. Parece que, en esta realidad, no hay lugar para las nuevas generaciones.
"Soy joven y puedo hablar con la gente de mi edad. Y ellos se sienten solos. Debemos pensar en el futuro. Debemos involucrar a los jóvenes en el proceso", propone el periodista Federico Maselli.
¿Cuál será el futuro de los estudiantes que ahora 'diseña' una vieja guardia de políticos? Esta pregunta parece ser contestada con la reacción de centenares de jóvenes italianos y griegos que se unen a las protestas, poniendo de relieve que no quieren ser manipulados y que desean crear su futuro con sus propias manos.