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¿Qué hay detrás de la obsesión por asesinos y maníacos que cautiva a millones de personas?

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El reciente caso de Luigi Mangione, acusado de matar al director ejecutivo de una gran aseguradora estadounidense, ha reavivado el debate sobre la fascinación del público por los crímenes reales.
¿Qué hay detrás de la obsesión por asesinos y maníacos que cautiva a millones de personas?

Las historias de asesinos en serie y de 'true crime' siempre han cautivado al público. 'Podcasts', miniseries y documentales han reavivado el interés por casos emblemáticos como los de Jeffrey Dahmer, el 'asesino del zodiaco' y los hermanos Menéndez, convirtiéndolos en recurrentes temas de conversación en las redes sociales.

El reciente caso de Luigi Mangione, acusado de matar al director ejecutivo de una compañía de seguros, ha reavivado el debate sobre la fascinación del público por los crímenes reales y saber que hay detrás de las mentes capaces de realizar este tipo de actos

El rol de las redes

Una de las causas principales de tal afición puede estar relacionada con el mismo entorno digital interactivo de las redes sociales, que abre espacios para debatir y reflexionar sobre estos casos. "Esas plataformas eliminan la función de control de los medios tradicionales y permiten que cualquiera que disponga de un dispositivo tenga la oportunidad de formar parte de la narrativa, de ayudar a impulsar la conversación", explica Laura Glitsos, coautora de un trabajo de investigación sobre la cuestión publicado en la revista New Media & Society.

"De manera casi invariable, el asesino en serie termina convirtiéndose en un personaje enigmático que los medios masivos de la época fabrican y ofrecen a sus usuarios", añade, señalando que tales figuras permiten que la gente "los proyecte en sí mismos y encaren sus inquietudes sobre lo que significa ser humano", indica la profesional. "A su vez, este fenómeno convierte a los espectadores en engranajes de una maquinaria mucho más amplia, compuesta por una sociedad, una industria y una cultura masivas," subraya.

No obstante, Glitsos aclara que la mayoría de las interacciones no buscan enaltecer los actos de los homicidas, sino  establecer una conexión con los horrores cometidos y generar empatía con las personas afectadas por los crímenes.

¿Un instinto de supervivencia?

Por su parte, el investigador Coltan Scrivner, del Laboratorio de Miedo Recreativo de Dinamarca, analiza la cuestión por el lado de un instinto de supervivencia, y considera que nuestro interés por los asesinos es una forma de prepararnos para enfrentar situaciones similares en el mundo real.

Para el experto, la fascinación del público está relacionada con sentirse "intrigado por situaciones peligrosas" y por aprender sobre este tipo de personalidades al igual que lo hace con otros "depredadores peligrosos". 

"Tratamos de aprender sobre ellas cuando es seguro hacerlo porque esto nos ayuda a saber cómo evitarlas de manera más efectiva", detalló.

Curiosidad por entender una mente siniestra

Por otro lado, el autor y profesor en criminología doctor Scott A. Bonn indica que el público simplemente tiene una necesidad por entender las mentes siniestras y cuáles fueron sus motivos para actuar de esa forma.

"Tal vez, en un nivel subconsciente, la gente crea que, si de alguna manera puede entender las motivaciones y los deseos de Dahmer, entonces él y sus semejantes no son tan aterradores al fin y al cabo".

Según Bonn, los asesinos en serie "tienen un atractivo visceral para el público similar a las películas de monstruos, porque proporcionan una descarga de adrenalina eufórica", interés que muchos aficionados califican de "placer culposo".

Empatía por la causa: el reciente caso de Luigi Mangione

Por otra parte, hay situaciones en que el autor del crimen logra no solo popularidad, sino aceptación por parte del público, que percibe que la causa de su accionar fue justa. Tal es el caso de los hermanos Menéndez, dos jóvenes millonarios rebeldes que afirman haber matado a sus padres en su mansión de Beverly Hills después de haber soportado años de abusos.

En una línea similar se puede explicar la fascinación y empatía por Luigi Mangione, el hombre de 26 acusado de matar recientemente al director ejecutivo de la empresa estadounidense de seguros UnitedHealthcare, Brian Thompson. 

"Cuando el motivo de matar a alguien se considera justo o comprensible, es fácil poner al asesino en un pedestal", explica Clara Tiscar, creadora del conocido 'podcast' Criminopatía. "En casos como el de Luigi Mangione o los hermanos Menéndez, las víctimas han hecho algo despreciable, por lo que podemos compartir la rabia que sienten sus asesinos o pensar que es una causa justa", afirma.

Curiosamente, el sospechoso, considerado por varios como un "joven atractivo idealista" enojado con las compañías de seguros médicos de EE.UU., podría haberse inspirado del terrorista Ted Kaczynski, mejor conocido como 'Unabomber', según un análisis de inteligencia del Departamento de Policía de Nueva York.

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