Las personas muy empáticas suelen sufrir más ansiedad y estrés emocional

Los empáticos sienten el dolor de los demás con mayor intensidad, lo que puede contribuir a su carga emocional.

Las personas muy empáticas tienden a experimentar mayores niveles de ansiedad y estrés emocional, un fenómeno que puede explicarse debido a su alta sensibilidad hacia las emociones ajenas y la disposición a absorber sus preocupaciones.

Los empáticos, según definiciones de expertos, actúan como "esponjas emocionales" que absorben las emociones del entorno sin filtros protectores. Al preocuparse intensamente por el bienestar de otros, se vuelven particularmente vulnerables a la sobrecarga emocional y pueden descuidar su propio bienestar mental, lo que puede derivar en el "síndrome de agotamiento" emocional.

La empatía, definida como la capacidad de entender y compartir los sentimientos de los demás, se clasifica en dos tipos principales:

Empatía, ansiedad y estrés

Investigaciones recientes han establecido una clara relación entre la alta empatía afectiva y la ansiedad, especialmente la ansiedad social, mientras que la empatía cognitiva muestra una asociación negativa. Esto sugiere que sentir profundamente las emociones de los demás puede ser un factor de riesgo, mientras que entenderlas lógicamente podría proteger contra la ansiedad.

En este sentido, un estudio realizado con 844 participantes reveló que las personas con alta empatía son más propensas a experimentar ansiedad o depresión, aunque la regulación emocional, como la capacidad de manejar los sentimientos, está asociada con niveles más bajos de angustia.

Asimismo, un estudio del Centro McGill para la Investigación del Dolor de la Universidad de Montreal (Canadá) demostró que los empáticos sienten el dolor de los demás con mayor intensidad, lo que puede contribuir a su carga emocional.

Las personas empáticas enfrentan varios desafíos que explican su mayor susceptibilidad a la ansiedad y el estrés, como sobrecarga emocional, dificultad para distinguir emociones propias y sensibilidad en entornos que demandan interacciones sociales.

Sin embargo, existen varias estrategias de manejo y autocuidado que ayudan a atenuar los efectos de la ansiedad y el estrés emocional, como por ejemplo: