Hace 100 años se descubrió el molusco cefalópodo más grande que habita actualmente en la Tierra. Se trataba del calamar colosal ('Mesonychoteuthis hamiltoni') que vive en las gélidas profundidades del océano Antártico y el segundo calamar gigante documentado.
El primero de ellos, 'Architeuthis dux', conocido como calamar gigante, procedente de los mares del hemisferio norte, había sido identificado por científicos un siglo y medio antes.
La longitud de estas dos especies es comparable con la de los cachalotes y ante la sorpresa de su enorme tamaño han aparecido en numerosas obras literarias y cinematográficas, desde la mitología griega hasta las producciones modernas, cautivando la imaginación humana durante mucho tiempo: la antigua leyenda del Kraken es un claro ejemplo de ello.
¿Cómo es el calamar colosal?
En 1925, el zoólogo británico Guy Coburn Robson publicó la primera descripción del 'Mesonychoteuthis hamiltoni'. El científico basó su trabajo en restos de este molusco hallados en el estómago de un cachalote. Desde entonces, se han encontrado pocos ejemplares y se sabe muy poco sobre esta especie.
Los datos disponibles sobre el calamar colosal se basa en muy pocos especímenes capturados en pescas de aguas profundas y en sus tentáculos encontrados en los estómagos de su depredador principal, el cachalote.
Los expertos creen que es más probable encontrarlos cuando la temperatura superficial del agua oscila entre -0,9 y 0 °C y en altas latitudes antárticas entre diciembre y marzo.
A pesar de los rastros de estos enormes animales, no fue hasta 2004 que se tomaron las primeras fotografías de un calamar gigante vivo en su hábitat natural, y en 2016 se logró el primer video de esta especie. Mientras, la primera grabación de un calamar colosal vivo en su entorno natural fue posible recién en 2025, un siglo después de su descubrimiento.
Su morfología y 'herramientas' para cazar
Se cree que 'Mesonychoteuthis hamiltoni' es la especie de calamar más grande en términos de masa y que podría alcanzar un tamaño máximo de entre 12 y 14 metros, según el análisis de especímenes pequeños y sin desarrollo completo, ya que el ejemplar más largo que se ha capturado tiene unos 4,2 metros.
También poseen los picos más grandes de todos los calamares, lo que los convierte en un depredador formidable, así como ventosas que cuentan con garfios fuertes y afilados, dispuestos en dos filas en los extremos de sus tentáculos, utilizados tanto para capturar presas como para defenderse de sus cazadores naturales.
Su dieta y sus enemigos
Este depredador de aguas profundas se alimenta de peces pequeños y grandes, y otros calamares, explica Oceana, una organización internacional conservacionista de los mares.
Los escritores a menudo han imaginado que esta especie se involucra en feroces batallas con cetáceos, dejando a ambas especies heridas. Numerosos cachalotes australes están cubiertos de cicatrices presuntamente generadas por aquellos ganchos con los que cuentan los calamares colosales en sus ventosas.
Sin embargo, la idea de que un calamar así pudiera arrastrar un barco pesquero es un mito. Estos animales habitan en las profundidades del agua y están bien adaptados a la alta presión oceánica. Si una criatura así ascendiera a la superficie, su organismo se volvería lento e incapacitado.
¿A qué se debe su gigantismo?
Este tipo de crecimiento se conoce como gigantismo abisal y se observa en muchas otras especies que habitan aguas frías y profundas, incluyendo los cangrejos araña.
Dos leyes generales parecen dictar el crecimiento de su masa corporal: la regla de Kleiber y la regla de Bergmann. La primera establece que los animales más grandes son generalmente más eficientes. Al nadar en las profundidades de los océanos dependen de la comida que llega desde arriba, y esta suele ser escasa, por lo que naturalmente se tornan más eficientes y, por lo tanto, alcanzan mayores dimensiones.
La regla de Bergman establece una correlación general entre el aumento del tamaño corporal y la disminución de la temperatura. Las poblaciones y especies de mayor tamaño tienden a habitar en ambientes más fríos, mientras que las de menor tamaño suelen encontrarse en regiones más cálidas.
En el caso de los animales de sangre caliente, esto se debe a que, a mayor tamaño, menor superficie de contacto con el entorno en comparación con su volumen. Sin embargo, en el caso de los animales que nadan en el mar, esto se correlaciona con la división celular y una mayor esperanza de vida. Sin embargo, existe cierto debate sobre esta regla, ya que otros factores también contribuyen al crecimiento corporal.