¿Puede una 'pareja de IA' aliviar la soledad o solo esconderla bajo la alfombra digital?

El acalorado debate sobre la posibilidad de desarrollar una solución o de que las empresas tecnológicas exploten la necesidad de compañía.

Una columna publicada en The Guardian analizó si las relaciones con inteligencias artificiales, como 'compañeros' o aplicaciones de 'parejas virtuales', podrían tener efectos positivos para algunas personas. Según la OMS, uno de cada seis individuos sufre soledad intensa, un factor asociado a un aumento del 26 % en el riesgo de muerte prematura.

El autor del texto, Justin Gregg, señaló que frente a la "epidemia de soledad" han surgido investigaciones que sugieren que la IA ya está ayudando a paliar este problema, y no solo como distracción superficial. Algunos estudios que cita en la columna mostraron que conversar de forma regular con una IA redujo los síntomas de ansiedad en un 30 % en algunos usuarios, especialmente en personas con pocas redes de apoyo.

Posibles beneficios en casos concretos

La periodista Sangita Lal afirmó que, para ciertos pacientes con ansiedad social o miedo intenso al rechazo, un 'chatbot' que responda con constancia y sin burlas puede convertirse en un espacio seguro para "ensayar" cómo hablar de emociones y conflictos. Según su reporte, este tipo de interacción puede servir como "rueda de entrenamiento" para que, posteriormente, se den pasos graduales hacia vínculos humanos más profundos.

Un estudio citado por Gregg recopiló testimonios de personas que afirmaron sentirse menos solas tras mantener diálogos diarios con una IA personalizada que recordaba detalles de su vida y les ofrecía respuestas empáticas. Para estos usuarios, el 'chatbot' cumplió un papel parecido al de un diario interactivo o un amigo siempre disponible, ayudándoles a ordenar sus pensamientos y a reducir su nivel de angustia en momentos difíciles.

Riesgos de dependencia y relaciones idealizadas

Al mismo tiempo, el autor del artículo mencionó advertencias de los expertos, que señalan riesgos evidentes. Uno de ellos es la posibilidad de generar dependencia emocional hacia sistemas controlados por empresas privadas que recopilan datos íntimos y pueden cambiar las normas del servicio o cancelarlo sin que el usuario tenga voz ni voto. Una decisión que podría dejar sin apoyo a personas vulnerables que se habían acostumbrado a él.

Muchas de estas 'parejas de IA' están diseñadas para responder afirmativamente casi siempre, evitar el conflicto y adaptarse por completo al usuario. Según los especialistas, esto puede fomentar una visión distorsionada de las relaciones con humanos, al no haber desacuerdos ni límites, lo que luego complicaría la convivencia con personas reales que tienen necesidades y opiniones propias.

Dimensión ética y contexto social

La columna menciona que una parte importante de las aplicaciones más populares se orienta a hombres que buscan novias virtuales, lo que ha llevado a algunos académicos a hablar de la reproducción de fantasías sexistas y de relaciones de poder desequilibradas. También plantea la preocupación de que las empresas tecnológicas puedan monetizar la soledad diseñando productos que exploten la necesidad de compañía sin garantizar una protección de datos adecuada ni apoyo en crisis reales.

Psicólogos consultados insistieron en que estos usos de la IA se insertan en un contexto de aislamiento creciente y de falta de tiempo para la escucha en las relaciones humanas tradicionales. Desde esta perspectiva, señalaron que la popularidad de los 'compañeros artificiales' pone de manifiesto tanto el potencial de la tecnología como las carencias de las estructuras familiares y comunitarias actuales, que con frecuencia dejan a muchas personas sin redes de apoyo estables.

Fenómeno en expansión y difícil de clasificar

Según los estudios citados por el autor, las interacciones con IA pueden aportar un alivio emocional a algunas personas y funcionar como apoyo complementario. Para otras, en cambio, suponen un riesgo, ya que pueden convertirse en refugios exclusivos que agraven el aislamiento y retrasen la búsqueda de ayuda profesional cuando sea necesaria.

Aunque es pronto para emitir un juicio definitivo sobre si estas relaciones son buenas o malas en general, lo que parece claro, de acuerdo con expertos, es que la IA ya está cambiando la forma en que una parte de la población explora el afecto y la compañía. Investigaciones al respecto señalan que el desafío será establecer límites, educar en su uso y garantizar que estas herramientas apoyen el bienestar sin sustituir la experiencia de los vínculos humanos reales y recíprocos.