"Sin cárceles estadounidenses en Irak Estado Islámico nunca habría existido"
Hace diez años Abu Ahmed fue encarcelado en Camp Bucca, una prisión establecida por EE.UU. en Irak. Una década más tarde en una entrevista exclusiva para el periódico 'The Guardian' uno de los líderes del grupo yihadista ha revelado cómo se formó la organización terrorista.
Abu Ahmed recuerda cómo al principio temía ir a Camp Bucca, pero pronto se dio cuenta de que había llegado a una instalación que era un hervidero de radicales islamistas. "Ni en Bagdad ni en ningún otro lugar habríamos podido reunirnos como lo hacíamos en la prisión", asegura el yihadista. "Hubiera sido imposible y peligroso. Allí [en Camp Bucca] no solo estábamos a salvo, sino que además estábamos solo a unos cientos de metros de distancia de toda la cúpula de Al Qaeda", añadió.
Según cita 'The Guardian' los datos del Gobierno iraquí, 17 de los miembros más importantes del Estado Islámico cumplieron penas de prisión en las cárceles estadounidenses en Irak entre los años 2004 y 2011. Los presos fueron puestos en libertad en diferentes momentos y se dispersaron por todo el país. Sin embargo, encontraron una ingeniosa manera de mantenerse en contacto después de haber obtenido la libertad: escribieron los números de teléfono y las direcciones de los demás en el interior de sus calzoncillos, ya que no tenían acceso a papel ni dispositivos electrónicos.
"Corté la tela de mis calzoncillos y todos los números estaban allí. Volvimos a contactar. Y nos pusimos a trabajar", cuenta Abu Ahmed. "Los calzoncillos ayudaron a ganar la guerra", dice el islamista burlándose de sus captores.
Durante su confinamiento en Camp Bucca, Abu Ahmed también se encontró cara a cara con el actual líder del grupo terrorista, Abu Bakr al Baghdadi. "Los estadounidenses nunca supieron a quién tenían", dijo Abu Ahmed en referencia a Al Baghdadi. De acuerdo con el islamista, el actual líder del Estado Islámico consiguió incluso establecer cierta complicidad con los militares estadounidenses. A menudo se le veía como un intermediario a la hora de resolver disputas entre grupos rivales de prisioneros, quería ser el líder de la cárcel.
"Era muy respetado por el Ejército de EE.UU.", dijo Abu Ahmed. "Si quería visitar a alguien en otro campo podía hacerlo. La nueva estrategia que lideraba, la construcción del Estado Islámico, se levantaba delante de sus narices. Sin la prisión estadounidense en Irak todo esto no habría existido. Bucca era una fábrica. Nos hizo a todos. Construyó nuestra ideología".
Camp Bucca llamó la atención internacional a principios de 2004 tras la revelación de los abusos físicos y sexuales, torturas y asesinatos de reos que cometían en el centro los militares estadounidenses. Las imágenes que salieron a la luz en aquel momento dieron comienzo a la escalada de la furia iraquí hacia las fuerzas estadounidenses y cambiaron para siempre la percepción de la guerra.