Las relaciones entre Moscú y Ankara han ocupado recientemente los titulares de la prensa internacional debido a un nuevo acuerdo en materia de gas que sustituirá al proyecto South Stream. Para Turquía, esto supone un acercamiento importante hacia Eurasia, señala el periodista irlandés Bryan MacDonald. "Ankara mira más hacia Moscú o Pekín que hacia Washington o Berlín", subraya MacDonald en su artículo en RT en el que sugiere la posibilidad de que Turquía se convierta en una potencia euroasiática e incluso en un potencial miembro del bloque BRICS.
Ankara mira más hacia Moscú o Pekín que hacia Washington o Berlín
Según el periodista, "después de coquetear con Europa durante décadas y ser constantemente rechazada, Turquía ya no busca ser parte de una Unión Europea (UE) defectuosa". Además, agrega, tampoco es aquella nación que en un tiempo pasado "se acurrucaba junto a Israel y EE.UU."
En su opinión, aunque el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se aferra al deseo de unirse a la UE, el Gobierno del país es "plenamente consciente" de que Bruselas nunca aceptará a esta nación en el bloque. Erdogan se ve obligado a complacer a laicos, que cuentan con el apoyo del Ejército, y religiosos, que exigen la introducción de la 'sharia' (ley islámica), agrega.