Los 'cerebros' de los brutales métodos empleados contra presos sospechosos de terrorismo fueron los psicólogos James Mitchell y Bruce Jessen, exmilitares de la Fuerza Aérea de EE.UU. contratados de forma apresurada por la CIA. En 2002 Mitchell tuvo luz verde para diseñar el interrogatorio –hoy considerado tortura– del líder de Al Qaeda Abu Zubaydah, informa 'New York Times'.
Mitchell sugirió "mantener a Zubaydah en una habitación con paredes blancas, con música fuerte, luz brillante constante y en la que se le permitiera dormir. Esta situación podría causar desorientación psicológica y reduciría su nitidez mental", recoge el diario. La CIA asumía así un tipo de prácticas que la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado Dianne Feinstein describió la semana pasada como una "mancha en los valores y la historia" de EE.UU.
"Entonces Mitchell y su compañero Bruce Jessen desarrollaron, llevaron a cabo y supervisaron estos métodos interrogatorios y se convirtieron en los principales partidarios del uso de lo que muchos consideran tortura", escribe el periódico. "Poco a poco ganaron decenas de millones de dólares en contratos", sentencia 'The New York Times'.