Analista de Forbes: Estados Unidos no debe permitir que Ucrania entre en la OTAN

Estados Unidos "tiene el derecho e incluso el deber" de decir 'no' a los intentos de Ucrania de ingresar en la OTAN, cree el colaborador de la revista 'Forbes' Doug Bandow. Washington además debe percibir la Alianza "como una cuestión de seguridad y no de caridad".

A lo largo de toda su breve historia, Ucrania "ha estado mirando simultáneamente hacia el este y hacia el oeste", sostiene el analista. "[Los ucranianos] querían obtener ventajas de las pródigas oportunidades económicas que se le abrían en Europa y América y al mismo tiempo conservar sus relaciones comerciales y culturales con Rusia. La mayoría querían ingresar en la Unión Europea y no en la OTAN", recuerda.

Ahora Ucrania ha adoptado la decisión de cancelar su estatus de país no alineado con ningún bloque, admite, pero quitar los obstáculos a la integración no es lo mismo que presentar una solicitud de adhesión a la Alianza Atlántica. Los propios funcionarios de Kiev admiten que Ucrania no reúne todas las condiciones que se les requieren a los candidatos a la membresía, explica.

El colaborador de 'Forbes' expresa su conformidad con la postura del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, de que no existe una solución militar al conflicto en el este de Ucrania. "Hacer que Kiev entre en la Alianza no resolvería nada. Enviarle armas y, especialmente, fuerzas occidentales tampoco traerá la paz hoy. El resultado más probable será la extensión y la intensificación del conflicto".

Bandow comparte también la opinión del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, quien calificó de contraproducente la decisión de los políticos ucranianos. "Efectivamente, la adhesión sería contraproducente para Kiev", afirma. Si la Alianza hubiera intervenido en el restablecimiento de control sobre las regiones del este de Ucrania controladas por los separatistas o en un intento de recuperar la península de Crimea, se habría desatado una guerra a gran escala.

El publicista describe la política de Rusia con la expresión alemana 'Sturm und Drang' ('tormenta e ímpetu'), pero opina que a fin de cuentas "las acciones de Putin tienen poco impacto en América y Europa". Occidente no está dispuesto a arriesgarse por Kiev y por eso debe rechazar desde el principio la petición de Kiev de adherirse a la OTAN. Otro tipo de comportamiento sería deshonesto, sostiene el periodista.