Siria, Irak y el Estado Islámico
El violento grupo del Estado Islámico que irrumpió en Siria e Irak sigue aterrorizando a toda la región. Los radicales que recurren a la medidas más bárbaras se han convertido en un foco primario de la política regional.
La capacidad de combate de la oposición armada siria, respaldada por Occidente continúa debilitándose. El Frente al Nusra, afiliado a Al Qaeda, ya ha ocupado la provincia de Idlib, mientras que las fuerzas gubernamentales no cesan esfuerzos para reconquistar estos territorios, señala el artículo en 'Foreign Policy'.
Ucrania
Más de 5.000 personas han muerto en el este de Ucrania desde que comenzó el conflicto en ese país en marzo de 2014, incluyendo cerca de mil personas muertas luego de que se declarara un alto el fuego el 5 de septiembre. La llegada del invierno sin calefacción, el colapso de la economía del país y las regiones de Lugansk y Donetsk semidestruidas, agravan aún más la crisis.
Sin embargo, la situación sigue siendo impredecible. Estos días se han registrado violaciones al alto el fuego por parte del Ejército ucraniano. Todo indica a que si se sigue en esta vía militar y Kiev no logra el diálogo con el este, entonces la guerra continuará. En esta situación los expertos esperan que la intermediación internacional en este conflicto sea eficaz.
Sudán del Sur
Desde el comienzo del conflicto interno en Sudán del Sur a finales de 2013, han muerto más de 50.000 personas, en tanto que 2 millones resultaron desplazadas. La guerra civil se desencadenó entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir y las leales al exvicepresidente Riek Machar. Aunque el Consejo de Seguridad de la ONU llamó a las potencias de EE.UU. y China (las que tienen intereses económicos en la región) a aportar un papel más activo en las negociaciones de paz, hasta el momento se ha avanzado poco en esta cuestión.
Nigeria
El norte de Nigeria está bajo el terror del violento grupo islamista Boko Haram. Los radicales están involucrados en la muerte de más de 15.000 personas y cerca de un millón de desplazados en Nigeria. Los insurgentes armados siguen ganado poco a poco terreno y avanzan más allá de las fronteras nigerianas: dejan sus huellas sangrientas en Camerún, Niger y Chad.
Somalia
Mientras las fuerzas de la Unión Africana junto con el Ejército somalí tratan de combatir contra los insurgentes de Al Shabab, el Gobierno Federal de Somalia se pone como objetivo prioritario las elecciones y el referéndum constitucional en 2016. Todo indica que este año sería otro año complicado para el país, donde persisten disputas con elementos de violencia (desde 2012) entre el actual presidente y el exprimer ministro, expulsado del país.
República Democrática del Congo
El año pasado ha dado al traste con muchas de las esperanzas suscitadas por el progreso en la República Democrática del Congo en 2013. Las reformas prometidas por el presidente Joseph Kabila, en particular con respecto a la seguridad, se han estancado. Las necesidades como un plan de desarme que cuide a los soldados y a la comunidad, acciones policiales contra las redes ilícitas que apoyan a la FDRL (las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda) y un acuerdo sobre el proceso judicial para sus líderes difícilmente puedan darse en 2015.
Afganistán
En Afganistán, Hamid Karzai dejó el cargo de presidente y Ashraf Ghani fue proclamado como su sucesor. Se trata del primer traspaso de poder en la historia afgana. Para cumplir las promesas electorales de Ghani (como el fortalecimiento de instituciones, perseguir la corrupción, equilibrio en el poder ejecutivo y un gobierno descentralizado), pactó con EE.UU. para que 12.000 soldados estadounidenses permanezcan en Afganistán y así hacer frente a los talibanes, llevar a cabo operaciones antiterroristas y entrenar a las fuerzas locales.
Yemen
Yemen es otro país donde la situación política está lejos de volver a la normalidad en los últimos años. El proceso de transición en ese país no se ha llevado a cabo. El proceso político ha sido víctima, por un lado del surgimiento del movimiento shií Houtis, que sigue tomando grandes zonas del territorio, incluso las zonas petroleras, y por otro lado, del partido político opositor Al Islah, que es la rama yemení de la Hermandad Islámica. Serias contradicciones y falta de diálogo entre diferentes grupos llevan a la inestabilidad en el país.
Libia
Caos e inseguridad reinan en Libia. Transcurridos tres años de la caída de Gaddafi, la nación africana se encuentra dividida y al borde de la guerra civil con dos gobiernos ejecutivos disputándose el poder. En el terreno, las fuerzas armadas y los yihadistas protagonizan una auténtica contienda. Por otro lado se encuentran las riquezas petroleras del país que atraen a diferentes potencias extranjeras.