Pese a que las minas de oro son uno de los mayores factores de deforestación en la Amazonia, los análisis de la deforestación en la región a menudo no consideran dicha industria, ya que, supuestamente, ocupa territorios muy pequeños, según el nuevo informe. No obstante, según su estudio, la nueva 'fiebre de oro' condujo a la pérdida de 1.680 kilómetros cuadrados de bosque húmedo tropical en el período 2001-2013, y lo peor es que se intensificó a partir del 2007, cuando se perdieron 1.300 kilómetros cuadrados de bosques en un lapso de 6 años.
Más del 90% de la deforestación ha tenido lugar en la ecorregión de bosque húmedo en Guayana (44%), en el sudoeste de Amazonia (28%), en la región brasileña de Tapajós-Xingú (11%), y en la región de Valle Magdalena y Magdalena-Urabá (9%). La tercera parte de la deforestación tuvo lugar a menos de 10 kilómetros de áreas estrictamente protegidas, como los parques nacionales Rio Novo (Brasil) y Bahuaja Sonene (Perú).
La intensificación de la minería de oro se debe a la crisis global, ya que muchos empezaron a invertir en oro, aumentando la demanda. Según datos citados por el diario 'El País', en el año 2000 unos 31 gramos de oro se pagaba a 250 dólares, y en 2013 a 1.300 dólares, haciendo rentable la exploración incluso en los territorios menos accesibles. Otro factor importante es la creciente demanda de joyas, especialmente en China y la India.