"La gran tradición bíblica prescribe a todos los pueblos el deber de escuchar la voz de los pobres y de romper las cadenas de la injusticia y la opresión que dan lugar a flagrantes e incluso escandalosas desigualdades sociales", afirmó el sumo pontífice en el palacio presidencial de Manila.
"Filipinas, junto con muchos otros países de Asia, se enfrenta al reto de construir sobre bases sólidas una sociedad moderna, una sociedad respetuosa de auténticos valores humanos, que tutele la dignidad y los derechos humanos", dijo.
Mientras como señaló el papa, el tema central de su visita a Filipinas son los pobres, en este país asiático se descubren hechos que violan los derechos de los menores. En vísperas de la llegada del papa Francisco, agentes de la Policía y funcionarios de Manila encarcelaron a cientos de niños de la calle junto a delincuentes adultos para 'embellecer' la capital filipina.