"La bajada de precio del petróleo es diseñada por EE.UU. y Arabia Saudita para dañar a Rusia"

La estrategia del recorte de los precios del petróleo es un juego conjunto de EE.UU. y Arabia Saudita que tienen como objetivo, entre otros, perjudicar a Rusia, asegura el analista Pepe Escobar, quien trata de analizar quién gana y quién pierde en esta 'guerra petrolera'.

El periodista y analista político Pepe Escobar recuerda que en una de sus entrevistas el presidente de EE.UU, Barack Obama, admitió abiertamente que deseaba "perturbaciones" en el "precio del petróleo", porque imaginaba cómo el presidente ruso, Vladímir Putin, tendría "enormes dificultades en su gestión".

Para el analista eso explica por qué la alianza EE.UU - Arabia Saudita se unió para "hacerle daño a Rusia, elevando simultáneamente la producción de petróleo y empujando una estrategia de recorte de precios".

"La Casa de Saud obviamente está disfrutando con "castigar" a Irán y a Rusia por su apoyo a Bashar al-Asad en Damasco", dice. Sin embargo, "Teherán, se mantiene desafiante", mientras que Rusia no corre riesgo de tener déficit presupuestario", señala en su artículo.

Quién gana y quién pierde

Escobar asegura que "los precios del petróleo se mantendrán muy bajos por el momento. (...) Pero luego, habrá una recuperación inevitable". El banco japonés Nomura pronostica que para finales de 2015 el petróleo volverá a 80 dólares por barril.

Pero de momento los precios persisten en un momento crítico. Para Escobar, la caída del precio del petróleo es desventajoso principalmente para Arabia Sadita. En el largo plazo se verán afectados por esta estrategia, sugiere. "La Casa de Saud vive ahora momentos extremadamente difíciles. Su arriesgada guerra de precios del petróleo puede llegar a ser contraproducente", señaló.

"Desde 2011, Arabia Saudita ha estado inundando el mercado para compensar la disminución de las exportaciones de Irán causada por la guerra económica de EE.UU., también conocida como sanciones. Por otra parte, Riad impidió a la OPEP reducir las cuotas de producción nacional. La Casa de Saud cree que puede jugar el juego de la espera, ya que el petroleo de esquisto, en su mayoría estadounidense, abandonará inexorablemente el mercado porque es demasiado caro. Después de eso, los saudíes creen que van recuperar su cuota de mercado", explica el experto.

"Con el comercio futuro del petróleo y las dos principales bolsas de Londres y Nueva York, que monopolizan los futuros contratos del petróleo, la OPEP realmente no controla más los precios del petróleo, Wall Street lo hace. Este es el gran secreto. La Casa de Saud puede entretenerse con la ilusión de que tienen el control. No es así", prosiguió.

¿Amigo o enemigo?

El periodista, subraya que "la CIA, tarde o temprano, podría actuar contra la Casa de Saud. En este caso, la única manera de que la Casa de Saud asegure su supervivencia sería convertiéndose en otro amigo de Moscú", sugiere.

"Parece que la Casa de Saud cree que los agradables neoconservadores estadounidenses mejorarán su posición en Washington. Eso simplemente no va a suceder. En realidad los neoconservadores de EE.UU. siguen obsesionados con la idea de que Riad ayude a Pakistán a desarrollar sus misiles nucleares; incluso desplegar algunos de ellos dentro de Arabia Saudita para "fines defensivos" contra la mítica 'amenaza' iraní".

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