Arabia Saudí siempre ha tenido "una relación muy especial" con EE.UU. basada en el petróleo por un lado y el enorme apoyo militar a un régimen feudal completamente corrupto por otro, señaló Flounders a RT.
La analista subrayó que hay "una decapitación cada cuatro días en Arabia Saudí", junto con otras formas brutales de castigo, como sentenciar a alguien a mil latigazos, lo que equivale casi a una sentencia de muerte. Las mujeres, al igual que los inmigrantes, no tienen absolutamente ningún derecho en el país.
Sin embargo, mientras que las ejecuciones realizadas por el Estado Islámico provocan tanta indignación en EE.UU. no se mencionan siquiera lo rutinarias que son las ejecuciones en Arabia Saudí.
Los senadores de EE.UU. hicieron bien en exigir la interrumpción de la flagelación del bloguero Raif Badawi, que no cometió absolutamente ningún crimen. No obstante, lo que realmente deberían exigir es que el Gobierno "deje del apoyar a esta familia corrupta llamada la Casa de Saúd", clan que concentra en sus manos toda la riqueza del país mientras que el resto de la población no tiene ningún tipo de derecho, aseveró la analista.
Sin embargo, Washington sigue prestando al la monarquía saudita apoyo financiero, técnico y todo tipo del ayuda militar, sobre todo porque "el petróleo de Arabia Saudí se considera un recurso extremadamente valioso, y los contratos favorecen a las corporaciones estadounidenses de petróleo", explicó Flounders.
"Quieren mantener esa relación, independientemente de lo que esto signifique para los derechos humanos, para millones de personas en Arabia Saudí", agregó la experta.