Mientras que la joya de la corona entre los rifles rusos de gran calibre (12,7 mm) es el sistema 6S8 Kord, desarrollado por la gran empresa de capital estatal Degtiariov, en el segmento de fusiles para francotiradores la palma es para la familia de rifles Lobáyev, el primer armero privado de Rusia.
La tremenda potencia del fusil 6S8 Kord, adoptado en 2013 por las fuerzas especiales rusas, sirve para destruir vehículos con blindaje ligero a distancias de hasta 1.000 metros y eliminar a personal enemigo a distancias de hasta 1.500 metros. Una de sus áreas de uso es la lucha contra grupos de francotiradores enemigos, indica la cadena militar rusa Zvezdá en un extenso artículo dedicado a las nuevas armas de precisión rusas.
Sin embargo, cuando se trata de impactar contra un blanco a distancias de 1.500 metros o incluso más de dos kilómetros, además del famoso fusil de precisión ruso ORSIS T-5000 (ganador de varias competiciones internacionales de fuerzas especiales y fabricado por el consorcio estatal Promtejnologuii), ha aparecido una oferta muy interesante que se considera ya una de las mejores del mundo: la familia de fusiles del empresario privado Vladislav Lobáyev, el primer armero privado de Rusia.
Ahora este fabricante, anteriormente conocido por producir rifles por encargo de clientes particulares como si de un sastre se tratara, ha presentado una línea de fusiles muy potentes en una amplia gama de calibres, el 'líder' indiscutible de los cuales es el mejor cartucho para francotiradores del mundo, .408 CheyTac.
En situaciones en las que una pareja de francotiradores no puede acercarse al objetivo a distancias menores de 2.000 metros este fusil se convierte en una herramienta valiosísima para cumplir la misión.
"En cuanto al alcance efectivo, uno de los indicadores más importantes es que somos los líderes, y una de las alegrías que hemos tenido últimamente es que debido a las diferencias de tipo de cambio [el cambio de rublo ruso decreció bruscamente en los últimos meses], los fusiles extranjeros con los cuales competimos son ahora mucho más caros que los nuestros", señaló riéndose Lobáyev en una entrevista a Zvezdá.