Sin embrago los expertos temen anticipar cualquiera conclusión sobre a quién podrían pertenecer los restos antes de que se realicen las pruebas de identificación. Según informa 'El País' en el ataúd se encuentran restos óseos de dos personas: un adulto y un niño.
El equipo realizará las labores para segregar los huesos del niño y los del adulto. En la segunda parte de la investigación se planea determinar el sexo de la persona adulta. Si se confirma que los restos son de un hombre, los investigadores indagarán las marcas propias que podrían indicar que el esqueleto pertenece a Cervantes. Especialmente se buscarán señales de la atrofia ósea en los huesos del metacarpo y los impactos de pelotas de arcabuz en el esternón, recibidos por el escritor en la batalla de Lepanto.
Aparte se buscarán otras señales que permitan identificar a Cervantes, entre ellos la dentadura desdentada y la columna vertebral combada, dado que al escritor le faltaban los dientes y padecía de artrosis. También los expertos analizarán la ropa que envuelve los huesos para comprobar que pertenezca a los miembros de la Orden Tercera, con la cual el escritor fue enterrado.