Durante el último año fiscal, que terminó el 30 de septiembre de 2014, las Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. (SOF en inglés) fueron desplegadas en 133 países, denuncia Nick Turse en un artículo publicado en TomDispatch. El articulista cita datos de un oficial del Mando de Operaciones Especiales estadounidense.
Según Turse, estas cifras "completaron el período de tres años en que las fuerzas más selectas del país estuvieron activas en más de 150 países diferentes". Las misiones que estas fuerzas llevaron a cabo comprendían desde redadas nocturnas con el fin de matar o capturar a alguien hasta ejercicios de entrenamiento.
No obstante, a pesar de su escala y alcance, esta "guerra global secreta" sigue siendo poco conocida por el público general, ya que la gran mayoría de las operaciones especiales permanece "escondida de la supervisión externa y el escrutinio de la prensa", señala Turse.
"Para los jefes de las operaciones negras, el mundo es tan inestable como interconectado", explica Turse, que define su solución a esta "inestabilidad entrelazada" como "más misiones en más naciones".
Desde 2001, "las SOF han crecido en todos los aspectos, incluido el número, el presupuesto y su influencia en Washington", precisa el autor. "Es particularmente sorprentente dado lo que realmente ha ocurrido sobre el terreno", subraya Turse, haciendo hincapié en la implicación de las fuerzas de EE.UU. en torturas en Irak así como en las numerosas muertes de civiles en Afganistán, Yemen, Pakistán o Somalia. Para Turse todo ello no es sino "la superficie de los errores de las operaciones especiales".
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