El periódico 'The Wall Street Journal' señala que el programa de control de matrículas organizado por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) tenía por objetivo original la incautación de automóviles, dinero y otros activos para combatir el tráfico de drogas.
Sin embargo, el uso de la base de datos se extendió a los automóviles vinculados con otros crímenes, entre ellos el secuestro de personas, homicidios y otros episodios de violencia, según documentos gubernamentales citados por 'WSJ'.
Anteriormente, Reuters reveló que la DEA había desarrollado durante 15 años su programa de recolección de datos a partir de llamadas telefónicas entre EE.UU. y otros países.