Estudiantes de pregrado de arqueología de la Universidad de Barcelona, España, han descubrierto un lugar que, supuestamente, contiene pruebas de la presencia de Aníbal y de sus tropas en esta zona en Valls, Cataluña. El foso mide 40 metros de ancho, 400 de largo y tiene una profundidad de cinco metros de profundidad.
Los directores de la excavación arqueológica, Jaume Noguera y Jordi López, creen que el sitio pudo haber sido atacado y destruido por los romanos entre los años 218 y 202 antes de Cristo, durante la Segunda Guerra Púnica.
Alrededor de cien estudiantes participaron en el trabajo de campo utilizando detectores de metales, fotografía aérea y tomografía eléctrica, técnica que analiza anomalías del suelo.
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