Según la información confirmada al diario por cinco ex altos cargos de la Inteligencia estadounidense, la CIA proporcionó al Mossad una bomba, que fue instalada en un neumático de repuesto del coche del funcionario de Hezbolá, y dio señal a los agentes israelíes sobre cuándo debían activarla por control remoto.
Estados Unidos también colaboró en la preparación de la bomba, que se probó hasta 25 veces en una instalación de Carolina del Norte, para asegurar que no habría daños colaterales. "Detonamos 25 bombas para asegurarnos de que saldría bien", explicó uno de los ex altos funcionarios.
Washington nunca ha reconocido su implicación en el asesinato de Mughniyeh. Hezbolá culpó a Israel del asesinato del líder del grupo chií, que estuvo implicado en algunos de sus atentados más graves, como el que se efectuó contra la Embajada de Estados Unidos en Beirut en 1983.
"Es un método de asesinato usado por terroristas y gánsteres. Viola una de las más antiguas reglas de la batalla", comentó Mary Ellen O'Connell, profesora de derecho internacional de la Universidad de Notre Dame.
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El analista internacional Carlos Martínez considera que Washington suele actuar contra el terrorismo con los mismos métodos de los extremistas sin someterse a un juicio.