Según fuentes oficiales de la Policía se trata de un fraude, dado que el establecimiento recibía cuerpos y no los incineraba, sin embargo entregaba a los familiares otro tipo de cenizas, además del certificado de incineración.
Nelly Jiménez, quien en su día acudió a los servicios del crematorio, recordó que cuando quemaron a su esposo le dijeron que "no podría estar presente, que nos fuéramos (…) supuestamente las cenizas yo las abrí y vi la bolsita (…) ahora estoy esperando que las autoridades descarten que el cuerpo de mi marido está allí", informa el periódico digital 'Sin Embargo'.
"Cuando llevé a mi madre al crematorio vi que el horno estaba encendido, vi a mi madre tendida, pero nunca vi que la hayan metido", declaró David Jaimes, una de las victimas del supuesto fraude, según informa el diario 'Jornada'.
Se comunica que la Policía está efectuando una investigación "contra el respeto a los cadáveres", la violación de "las normas de inhumación y exhumación", así como un posible "atentado contra muertos", tipificados como delito en los artículos 216 y 217 del Código Penal del estado de Guerrero, informa 'Periodista Digital'.
Los cuerpos ya fueron trasladados al Servicio Médico Forense con el fin de confirmar su parentesco con familiares a través de las pruebas de odontología. Hasta que no se identifiquen los cadáveres no se podrá determinar si las cenizas que entregaron a los parientes sí eran las suyas.