El 13 de abril de 2014 el presidente interino de Ucrania, Alexánder Turchínov, anunció el inicio de la 'operación de castigo' en el este del país.
Dos meses más tarde, el recién elegido presidente, Piotr Poroshenko, declaró un alto el fuego hasta el 27 de junio, prolongado luego otros tres días.
Sin embargo, los representantes de la autoproclamada República Popular de Donetsk denunciaron que Kiev no respetaba la tregua.
El 5 de septiembre, tras largas conversaciones en la capital de Bielorrusia, los miembros del grupo de contacto firmaron el Protocolo de Minsk, que exigía el inmediato cese de las hostilidade, objetivo que no se logró en todo el este de Ucrania.
El 9 de diciembre entró en vigor una nueva tregua entre Kiev y las milicias, acordada con la mediación de la OSCE, pero los ataques no cesaron.
La analista de la política internacional Francisca Quiroga destaca que el Gobierno ucraniano busca resolver el conflicto "eliminando a las milicias por la fuerza y no a través de la negociación".