"El daño global puede valorarse en un mil millones de dólares", anunció a RT el experto de Kapersky Lab Serguéi Lozhkin.
Aunque la mayoría de los 100 bancos atacadosse encuentra en Rusia, algunas de las instituciones financieras agredidas pertenecen a Japón, los Países Bajos, Suiza y EE.UU.
"Cada una de las instituciones [atacadas] podría haber perdido unos 10 millones de dólares", admitió.
Entre los diversos medios empleados para penetrar en los sistemas informáticos de los bancos los autores del crimen utilizaron correos electrónicos falsos de auténticas instituciones financieras, incluido el Banco Central de Rusia y aplicaciones de Microsoft Word.
Posteriormente, varios medios sofisticados permitieron a los 'hackers' entender cómo trabajan los empleados de las entidades financieras con los programas internos de la misma para después pasar datos de un ordenador a otro y, finalmente, obtener pleno acceso a todo el sistema de un banco.
"Al tener la víctima que recibía la carta, un empleado del banco, un viejo programa, la vulnerabilidad de tal sistema permitía al virus infectar la computadora", explicó.
"Posteriormente, se efectuaban de forma remota transferencias bancarias a cajeros automáticos para que determinadas personas llegasen a estos cajeros a recoger el dinero en efectivo", explicó el experto.
Los nombres de los bancos afectados no han sido aún revelados.
El plan empleado para el robo fue desvelado al detectarse que en varias entidades financieras ucranianas se registraron operaciones de retirada de dinero sin que efectivamente las cámaras de seguridad grabaran a individuos sacando el efectivo de los cajeros.
Para aclarar este misterio las entidades contrataron a Kaspersky Lab, que descubrió toda la trama del ataque. Esta sería posteriormente revelada para el público general por 'The New York Times'.