Una carta escrita por Adolfo Garrido Contreras en el portal de la Fundación Centro de Investigación Periodística (CIPER) sostiene que la localidad tiene las aguas "contaminadas e intomables". Según el periodista la contaminación es fruto de la construcción del Mauro, un tranque (balsa) de relave que contamina el estero Pupío con ácido sulfúrico, un compuesto muy tóxico y corrosivo, utilizado por la empresa con el fin de romper las rocas y sacar el mineral.
Contreras también sostiene que la empresa no acata las dos resoluciones que la Corte Suprema del país emitió el año pasado, mediante los cuales instó la firma chilena a restablecer el curso de agua que abastecía el poblado.
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La reacción de la minera no se hizo esperar, negándose a observar los dictámenes de la Corte, sosteniendo que la decisión del jurado no trataba del restablecimiento del curso de agua, sino que la compañía debía presentar un plan de obras complementarias que asegurara que las aguas de Pupío llegan a Caimanes. El plan, según ella, ya está en el proceso de evaluación judicial.
En su respuesta, publicada en el mismo portal, Los Pelambres alega que el relave depositado en el Mauro no contiene ácido sulfúrico, dado que en el yacimiento la empresa utiliza minerales sulfurados. Además la compañía sostiene que el agua que llega a las casas de Caimanes "es absolutamente potable", refiriéndose a los estudios realizados en algunos laboratorios.