¿Qué son?
Las 'revoluciones de colores' es el nombre dado a las movilizaciones políticas de finales del siglo XX e inicios del siglo XXI, llevadas a cabo, según sus simpatizantes, contra líderes supuestamente "autoritarios". El fenómeno nació en Europa Oriental (el espacio exsoviético) pero se expandió también a otras zonas, como Oriente Medio.
Nombre:
El nombre 'revoluciones de colores' está relacionado con el uso simbólico de colores o nombres de flores que suelen adoptar los manifestantes como elementos de identificación (la 'Revolución de las Rosas' en Georgia, la 'Revolución Naranja' en Ucrania, la 'Revolución de los Tulipanes' en Kirguistán, etc.).
Ideólogo:
Gene Sharp, filósofo, político, profesor y escritor anticomunista estadounidense, autor de los libros 'La política de la acción no violenta' y 'De la dictadura a la democracia'.
Ideología:
La ideología de las 'revoluciones de colores' se basa en el principio de la acción directa no violenta. Según Sharp, para poder llevar a cabo dichas revoluciones hay que tener en cuenta una simple idea: que el poder del gobierno se apoya en la obediencia de los ciudadanos a las órdenes de los dirigentes, por lo cual, si no hay obediencia, los líderes no tienen poder.
Etapas:
Una 'revolución de color' clásica, según Sharp, consta de tres etapas:
- Protestas, mítines, manifestaciones y piquetes; persuasión de la gente de la ilegitimidad del poder y formación de un movimiento antigubernamental.
- Desprestigio de las fuerzas de seguridad, huelgas, desobediencia social, disturbios y sabotaje.
- Derrocamiento no violento del gobierno.
Influencia externa:
Las 'revoluciones de colores', que en su mayoría destacan por su discurso prooccidental, son consideradas por muchos expertos y políticos como un mecanismo de injerencia extranjera indirecta, a través de la cual las potencias occidentales buscan cambiar a los líderes poco tratables por otros, más obedientes a sus intereses.
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Ejemplos:
Como ejemplos clásicos de una 'revolución de color' se puede destacar la 'Revolución de las Rosas', que tuvo lugar en Georgia en 2003; la 'Revolución Naranja' en Ucrania un año más tarde o la 'Revolución de los Tulipanes' (también conocida como 'Revolución Amarilla') en Kirguistán en 2005.
Estas revueltas se consideran como exitosas, ya que en los tres casos los manifestantes lograron sus objetivos: la salida del poder de Eduard Shevardnadze en Georgia; la elección de Víktor Yushchenko en Ucrania y la salida del Gobierno de Askar Akayev en Kirguistán.
Entre los intentos fallidos de derrocar al Gobierno se encuentran la 'Revolución Blanca' en Bielorrusia en 2006 o la 'Revolución Azafrán' en Birmania en 2007.
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