"Los húngaros desean vivir en paz con todas las demás naciones de Europa. No tenemos problemas con ellas, sólo con sus gobiernos, embaucadores e imprudentes, que arrastran a nuestros países a guerras sin sentido", reza la carta abierta enviada a los pueblos de Ucrania del partido ultraderechista húngaro Jobbik en respuesta al llamamiento de Kiev a la movilización.
"Sabemos que muchos húngaros están siendo movilizados para el combate", comenta a RT Peter Szabo, activista del partido, en referencia al conflicto en el este de Ucrania. "Muchos de ellos piden ayuda, no quieren ir a la guerra. La movilización de los húngaros étnicos triplica la de los ucranianos", continúa Szabo.
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István Szávay, vicepresidente de Jobbik, a quien las autoridades ucranianas prohibieron la entrada al país por haber pedido la autonomía para los húngaros de Transcarpatia, denuncia a Kiev por los esfuerzos de "ucranizar" a los grupos minoritarios. "Entre los húngaros, rumanos y polacos que viven en Ucrania, aumenta el temor a la posibilidad de ser sacrificados por intereses ajenos. No están interesados en esta lucha", comenta Szávay.
Los ultraderechistas actualmente cuentan con 23 escaños en la Asamblea Nacional, el parlamento húngaro, y con tres representantes en el parlamento europeo. El pasado mes de enero uno de los funcionarios de Jobbik expresó su preocupación ante la posibilidad de que los húngaros "puedan convertirse en una minoría en su propio país", al comentar el hecho de que el primer niño nacido en el 2015 en Hungría fuera gitano. En 2013 el partido inauguró un monumento a Miklós Horthy, regente de Hungría entre el 1920 y el 1944 y aliado de Alemania Nazi.