Los 330 millones de dólares anuales de presupuesto militar suponen solo 0,8% del total del gasto del Estado etíope. Sin embargo, su ejército se enfrenta con valentía a las agresiones del grupo terrorista Al Shabaab, que se localiza en la vecina Somalia. El Ejército etíope es actualmente el cuarto mayor contribuyente a las misiones de mantenimiento de la paz en el mundo, informa el portal Real Clear Defense.
Etiopía cuenta con uno de los ejércitos más fuertes y valientes en África, superado solo por Egipto, Argelia y Sudáfrica, países con un presupuesto militar mucho más elevado. El país africano dispone de 135.000 soldados y cientos de tanques T-55 y T-72. Su fuerza aérea es pequeña: cazas rusos Su-27 y aviones de reacción de entrenamiento de fabricación checa L-39.
El éxito militar del país se deriva de las duras lecciones aprendidas durante la guerra con Eritrea a finales de 1990. "Pasaron varios meses y se gastó mucho dinero antes de que el país modernizara el ejército y repeliera el ataque de Eritrea", escribió el periodista Abel Abate Demissie en 'The Reporter'. "En consecuencia, el país comenzó a modernizar su aparato militar y de seguridad, tanto en términos de calidad como en cantidad."
Etiopía ha invertido en el entrenamiento y también en la producción de sus propias armas. Adís Abeba trabaja en la fabricación de su propio fusil AK-47 y la ametralladora PKM. La industria armamentística del país tiene capacidad para producir y reconstruir tanques y vehículos blindados, aunque sean modelos de estilo soviético.
Sin embargo, los ataques de las tropas etíopes han acarreado en ocasiones la muerte de civiles. En 2006 Etiopía invadió Somalia, ocupó su capital, Mogadiscio, y derrocó la gobernante Unión de Tribunales Islámicos, lo que provocó una nueva guerra contra el violento grupo yihadista Al Shabaab, según el portal Real Clear Defense.