"Pese las elevadas apuestas en la confrontación entre Rusia y EE.UU. en el marco de la crisis de Ucrania, la Inteligencia estadounidense no ha renovado sus estimaciones sobre el momento crítico de la crisis, el derribo del vuelo 17 de Malaysian Airlines, desde el 22 de julio", comenta Robert Parry, periodista del portal Consortiumnews.
Parry descubrió el asunto cuando trató de organizar un encuentro con el jefe de la Inteligencia de EE.UU. y su portavoz, Kathleen Butler, le respondió enviándole el mismo informe elaborado el 22 de julio de 2014. Después Butler le confirmó que la Inteligencia no había renovado los datos desde la fecha indicada.
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Parry indica que pese a las diferencias que presentan los informes hechos por la BND, la Inteligencia alemana, y la estadounidense, "parece haber un consenso en torno a que el Gobierno ruso no habría suministrado el sofisticado sistema de defensa antiaérea Buk a los rebeldes en el este de Ucrania". El periodista opina que la Inteligencia de EE.UU., tras analizar datos de satélites espías, monitoreo electrónico y conversaciones telefónicas filtradas, siguió acusando a Rusia y las milicias, pero "no publicó más detalles".
"Este comportamiento extraño refuerza las sospechas de que el Gobierno de EE.UU. posee datos que contradicen su versión original, y que los altos funcionarios no quieren corregir el informe porque esto podría avergonzarlos y reducir el valor de la tragedia como objeto de propaganda contra Rusia", sugiere Parry.