La vida bajo el Estado Islámico: "Los de Al Qaeda eran ángeles en comparación con el EI"
Uno de los primeros cambios ocasionados por la toma de Hit, en la provincia de Ambar, fue la suspensión del suministro eléctrico, el 90% del cual procedía de una presa hidroeléctrica en Haditha, a 80 kilómetros, controlada por el Gobierno.
"Cuando el Estado Islámico se apoderó de Hit, puso freno a la venta de víveres a la gente de Haditha por ser controlada por el Gobierno. En respuesta, Haditha cortó el suministro de electricidad a Hit y muchas otras localidades bajo el control del EI", relató a 'The Independent' Faisal, un empleado gubernamental de 35 años, quien recientemente huyó a la capital kurda de Erbil.
Como consecuencia se paralizaron todas las instalaciones dependientes de la electricidad, incluidas las estaciones potabilizadoras de agua, traduciéndose en una carencia de agua potable.
Aunque Hit es un centro agrícola con bajos precios de víveres, el problema es que la gente en su mayoría dejó de recibir salarios por lo que carece dinero para comprar alimentos.
Mientras tanto el Estado Islámico (EI) proporciona algunos servicios, incluido el reemplazamiento de cilindros de gas domésticos, ampliamente usados para cocinar, que se repostan en Raqqa, el bastión sirio del EI.
SEPA MÁS: ¿Qué hay detrás de los éxitos del Estado Islámico?
Faisal contó que muchos en Hit se resienten por la injerencia del EI en cada aspecto de la vida cotidiana de los residentes de esta ciudad sunita.
"Están metiendo sus narices en la educación, mezquitas, la indumentaria femenina, impuestos a las tiendas y muchos otros aspectos", precisó, diciendo que unas 2.000 personas han estado encargadas de inspeccionar las tiendas de la ciudad para recoger los impuestos no solamente de los comercios, sino también de los sueldos de sus empleados.
En la educación se abolieron los cursos en arte, música, geografía, filosofía, sociología, psicología, química, religión cristiana y se prohibieron todos los temas fuera del mundo islámico.
Además, los islamistas hicieron saltar por los aires las torres de retransmisión de comunicación móvil y restringieron los servicios de Internet, imponiendo una rígida censura.
Muchos de los predicadores religiosos huyeron o han sido remplazados por clérigos extranjeros, principalmente sauditas, tunecinos, libios o afganos.
Según Faisal, el amplio alivio inicial entre los vecinos por la retirada del Ejército iraquí ha dado lugar al creciente descontento con la imposición de reglas ajenas a las costumbres religiosas y sociales locales.
Entre ellas la obligación de las mujeres a llevar la nicab, la presencia obligatoria en las oraciones, así como la destrucción de las mezquitas consideradas contradictorias a la visión del EI sobre el islam.
"Los de Al Qaeda eran ángeles en comparación con el EI. Hace 10 años, hubo muchas operaciones de Al Qaeda en la zona de Hit, pero nadie pensaba en abandonar la ciudad como muchos lo hacen ahora", resumió Faisal.