La pesadilla de la OTAN llamada 'Iskander'

Además de un alto rendimiento de combate, el sistema de misiles táctico ruso Iskander tiene una característica nada despreciable: mencionar su nombre basta para que los países cambien sus planes.

La posibilidad de la presencia de Iskander, sistema de misiles que lleva el humilde adjetivo 'táctico', cerca de las fronteras de algún país cambia los planes de alianzas político-militares.

Así ocurrió en Polonia. Después de que Rusia anunciara sus planes de instalar los sistemas Iskander en la región de Kaliningrado, un enclave ruso en Europa central, los Estados Unidos abandonaron sus planes de montar instalaciones de defensa antimisiles en este país.

"El sistema de misiles táctico-operacional Iskander es un arma que puede influir en la situación político-militar en distintas regiones del mundo", dice un informe de la CIA publicado en 2012.

¿Por qué el mundo tiene tanto miedo de los Iskander? ¿Por qué la noticia de que Rusia adoptará una nueva modificación del sistema, Iskander-K, provocó una respuesta de la OTAN rayana en la histeria? Antes incluso de que se dieran a conocer sus características, Rusia fue acusada de querer desestabilizar la situación en Europa, amenazar a una serie de países, violar los tratados y acuerdos... y todo por culpa de un misil.

La respuesta es sencilla: este misil garantiza la destrucción del objetivo. Es muy difícil de localizar e imposible de derribar. 

Invulnerable

El misil del sistema vuela muy rápido y a muy alta o superbaja altura, en función de su versión y objetivo. La velocidad de vuelo ronda los 4 Mach (cerca de 5.000 km/h) y su alcance llega a 500 kilómetros en la versión Iskander-M (la versión de exportación tiene un alcance de 280 kilómetros). Todas las piezas del misil que sobresalen se retiran inmediatamente después del lanzamiento, mientras que la superficie del misil tiene un recubrimiento nanoestructurado que hace al Iskander invisible a los radares enemigos.

En la trayectoria inicial y final Iskander procede a maniobras impredecibles con sobrecargas de 20-30G. Para destruirlo un misil interceptor debe maniobrar 2-3 veces mejor, pero actualmente no existen misiles capaces de esto ni hay perspectivas de que existan en un futuro próximo.

El guiado de los Iskander es combinado: sistema inercial, guiado por radio, GPS, GLONASS, láser y óptico (estos dos últimos en la fase final de la trayectoria). La probable desviación del blanco no supera los 2 metros (en la versión 'interna', y unos 50 metros en la versión exportada).

Doble garantía de impacto

Sin embargo, el Iskander-M no puede ser calificado de 'asesino absoluto'. Una modificación de misiles con sistema de guiado óptico puede, por ejemplo, resultar engañada por el equipo enemigo o unas nubes bajas en el área del objetivo.

Un misil con sistema de autoguiado por radar también puede ser desviado de su blanco por medios de guerra electrónica modernos. Pero un misil de crucero, siguiendo estrictamente una ruta, sin la ayuda de sus propios sensores, solo puede ser derribado físicamente. Este es el caso de Iskander-K.

Los ingenieros rusos están seguros de que el lanzamiento de dos misiles Iskander de distintas versiones, con diferentes sistemas de orientación y trayectoria de vuelo, garantiza un impacto seguro en el objetivo.

Un Iskander-K realiza intensas maniobras, dispersa señuelos, 'ciega' y suprime radares de sistemas antiaéreos, mientras que un misil de Iskander-M vuela en silencio a una altura de 6 metros, sin perder tiempo en busca del objetivo y por una trayectoria programada. Como resultado, al menos una ojiva de 480 kilogramos de peso llega a su destino.

El lanzador de la versión 'rusa' de los Iskander está diseñado para portar dos misiles y puede lanzarlos casi simultáneamente.

Lea más sobre las 'cartas ganadoras' rusas contra el escudo antimisiles de EE.UU. aquí.