El artículo titulado '¿Me puedes abrir la puerta?' apareció en la edición de enero de la revista holandesa especializada en aeronáutica 'Piloot en Vliegtuig' y volvió a subirse tras la catástrofe de Germanwings en otro portal de aeronáutica, Luchtvaartnieuws. Cocheret advertía de que un copiloto tiene la posibilidad de cerrar la puerta blindada de la cabina y no volver a permitir la entrada de su compañero cuando este haya salido.
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"Gracias a las puertas blindadas extraseguras, ya no es muy difícil que un piloto impida a su compañero que acceda a la cabina. Solo tiene que esperar a que tenga que satisfacer sus necesidades naturales para no volver a abrirle la puerta jamás", aseguró Cocheret. Según detalló, existe un código secreto que permite volver a la cabina, pero si la persona de dentro desactiva esta opción, "no hay nada más que hacer que sentarse con los pasajeros y esperar a ver qué pasa".
En su texto, el piloto holandés decía que suele preguntarse cómo es el compañero que vuela con él. "Yo me pregunto continuamente quién está a mi lado. ¿Cómo puedo estar seguro de que puedo confiar en él? (…) Tal vez le sucedió algo terrible en su vida que no está en condiciones de superar", señaló. Sus especulaciones guardan mucha similitud con la situación del piloto Andreas Lubitz, quien, según las investigaciones, decidió provocar que el 4U9525 se estrellara en los Alpes debido a problemas mentales.