Este increíble resultado, que los aficionados de armas rusos califican de nueva victoria de las armas nacionales, aspira a ingresar en 'El libro Guinness de los récords'.
El experimento lo llevó a cabo en el límite de las regiones rusas de Kaluga y Tula, en las afueras de la localidad de Tarusa, el francotirador Vladislav Lobáyev, diseñador de armas y propietario de la marca de rifles del mismo nombre.
Lobáyev, quien logró el impacto en el objetivo al cuarto disparo con ayuda de tres compañeros suyos, creó hace varios años la primera empresa privada de Rusia de producción en serie de armas de precisión y fabrica una familia de seis rifles.
El fabricante de armas y su equipo superaron en 100 metros el disparo de cuatro estadounidenses que alcanzaron un blanco a una distancia de 30 campos de fútbol: cerca de tres mil trescientos metros.
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Para conseguirlo, el equipo ruso encontró un campo con ayuda de un telémetro. La condición principal para el experimento era la ausencia de obstáculos en toda el área. El rifle del francotirador tiene un calibre 408 Chey Tac, velocidad de salida en boca de cañón de 900 metros por segundo, la longitud del fusil es de 1.430 mm y la longitud del cañón es de 780 mm.
El actual récord del mundo de disparo más largo con muerte confirmada data de noviembre de 2009, cuando el cabo primero del Ejército de Tierra de Reino Unido Craig Harrison logró alcanzar su blanco a una distancia de 2.475 metros en Afganistán. El arma que usó el francotirador británico era un rifle L115A3 Long Range Rifle calibre 8.59 mm.