"Hicieron una lotería con nuestros nombres y eligieron a las mujeres cuyo nombre extraían", revela Rashida, una mujer víctima de las atrocidades de los militantes del grupo yihadista Estado Islámico, según un reciente informe de la organización Human Rights Watch que establece que esta "terrible campaña de violación sistemática equivaldría a crímenes de guerra y, posiblemente, a crímenes contra la humanidad", informa el diario 'The Daily Mail'.
"El hombre que me seleccionó, Abu Ghufran, me obligó a bañarme y cuando estuve en el baño intenté suicidarme. Había encontrado veneno en la casa. Lo distribuí entre el resto de chicas y lo mezclamos con agua. Ninguna murió aunque todas enfermamos", declara Rashida.
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La ONG ha recogido el testimonio de 20 niñas y mujeres que tras su cautiverio lograron escapar de las manos de la organización terrorista, y establece que según sus palabras el Estado Islámico posee un sistema organizado de secuestro y agresión sexual, esclavitud sexual y matrimonio forzado.
Yalila (no es su nombre real), una niña yazidí de 12 años que logró escapar de sus verdugos tras ser secuestrada en una aldea cercana a Sinyar (norte de Irak) en 2014, fue llevada a una casa en Siria en la que había más mujeres y niñas y donde acudían constantemente combatientes del EI para observarlas y elegirlas para la violación.
Ella fue seleccionada por un yihadista que la golpeó y arrastró hasta otra vivienda. "Le dije que no me tocara y le rogué que me dejara ir. Yo era una niña, y le pregunté: '¿Qué quieres de mí?. Pasó tres días teniendo relaciones sexuales conmigo", recuerda. Durante su cautiverio fue 'propiedad' de siete milicianos y fue violada constantemente por cuatro de ellos.
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