Las autoridades de la localidad Irele (estado de Ondo, suroeste de Nigeria) están trabajando intensivamente para controlar el alarmante brote de una enfermedad desconocida que, según profesionales del grupo Ebola Alert, una organización que colaboró en la gestión del virus contagioso en el país africano, se ha cobrado la vida de 28 personas y se propaga rápidamente después de su aparición hace tres días, informa el portal nigeriano Premium Times.
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Sin embargo, el comisionado de Salud del estado de Ondo, Dayo Adeyanju, ha fijado en 12 el número de muertos y ha declarado que según las investigaciones preliminares no se trata del virus del ébola, ya que "las víctimas no manifiestan ninguno de sus síntomas, aunque sí ataca el sistema nervioso". Además, ha dicho que para que el brote no se extienda los infectados están siendo puestos en cuarentena en el hospital general de Irele y que los enfermos que se encontraban en el centro sanitario han sido evacuados.
No ha sido posible determinar la causa de la enfermedad y, según los expertos, los informes médicos preliminares de las víctimas han revelado síntomas clínicos neurológicos como ceguera y pérdida del conocimiento.
Un periodista que se trasladó a la zona el pasado jueves y se mantiene en el anonimato afirma que los residentes locales le aseguraron que "la dolencia tiene un trasfondo espiritual". "Los líderes de la comunidad dijeron que algunas personas irrumpieron en un santuario y que dios se enfadó con ellos y los castigó", sostiene.
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"Lo único que puedo decir es que los expertos médicos están sobre el terreno atendiendo a las víctimas y haciendo todas las pruebas necesarias. El Gobierno está trabajando duro para contener la enfermedad y puedo afirmar que está bajo control", ha declarado el comisionado de Información del estado, Kayode Akinmade.