Las armas químicas más importantes del mundo
Sin embargo, las armas químicas están sujetas a patrones de topografía y tiempo atmosférico. Como las municiones se han vuelto más precisas, su ventaja táctica está disminuyendo.
Los agresivos químicos se convirtieron en uno de los principales elementos de planificación de combate que existían en el mundo en la década de los 50. Y partir de los 60, existen en forma binaria (el agente tóxico no se encuentra activo en el arma, sino en forma de precursores físicamente separados).
Existencia de agresivos químicos en almacenes de EE.UU. y Rusia
Los compuestos organofosforados que se fabricaron industrialmente y ahora se encuentran en los arsenales rusos son sarín, somán y gases V soviéticos. En su momento, el Ejército soviético también disponía de una importante cantidad del agente tabún, capturado en almacenes alemanes en 1945.
Por su parte, el Ejército estadounidense dispone de un importante 'stock' de sarín y gas VX.
Esta es una recopilación con datos de algunas de las armas químicas más destacadas y peligrosas, teniendo en cuenta que varios proyectos de este tipo siguen estando clasificados:
La más tóxica: Novichok-5
El agente más tóxico de todos es el agente nervioso ruso A-232 Novichok-5 (producto del programa soviético codificado como 'Foliant'). Pertenece a munición binaria, de la cual es imposible protegerse con una máscara de gas.
Desarrollado en la URSS a mediados de los 70 (sus desarrolladores recibieron el Premio Estatal de la URSS en 1981), es 5-8 veces más tóxico que el gas VX y representa el más tóxico agente químico jamás desarrollado. De momento, no se conoce un tratamiento eficaz para las personas intoxicadas con este agente.
Pese a tener la capacidad de fabricarlo, Rusia no dispone en sus arsenales del agente Novichok-5.
El más tóxico en los arsenales de EE.UU.: gas VX
Al igual que otros agresivos químicos nerviosos, el gas VX pertenece a compuestos organofosforados (porque afecta a la transmisión de los impulsos nerviosos dentro del sistema nervioso) y se manifiesta en convulsiones, pasando a la parálisis general.
Fue desarrollado en el Reino Unido en 1955 como pesticida a partir del amitón. Debido a su extrema toxicidad fue prohibido en la agricultura, pero atrajo la atención de los militares estadounidenses.
Actualmente solo disponible en el arsenal de EE.UU., el VX es particularmente peligroso porque es un agente muy estable - por ejemplo a diferencia del sarín: una vez expulsado a la atmósfera tarda mucho en evaporarse.
En condiciones climáticas normales, el VX puede persistir durante días en la superficie, mientras que puede conservar su poder letal hasta meses en condiciones muy frías.
El más usado recientemente: sarín
En septiembre de 2013, la ONU confirmó un ataque con armas químicas con cohetes de diseño especial cargados con sarín en la guerra civil siria.
El sarín (también conocido como GB) es un agente nervioso volátil pero tóxico. Una sola gota del tamaño de la cabeza de un alfiler es suficiente para matar a un humano adulto rápidamente. Es un líquido incoloro e inodoro a temperatura ambiente, pero se evapora rápidamente cuando se calienta.
Una vez liberado al aire, el sarín se extiende en el ambiente rápidamente y presenta una amenaza inmediata pero de corta duración. Similar al VX, los síntomas de la intoxicación con este agresivo químico incluyen "dolores de cabeza, salivación y secreción de lágrimas, seguidos de una parálisis progresiva de los músculos" y posible muerte.
El sarín fue desarrollado en 1938 en Alemania, cuando los investigadores estaban estudiando los pesticidas. El grupo sectario Aum Shinrikyo utilizó este gas en un ataque de 1995 en el metro de Tokio. Pese a que el ataque causó pánico en masa, solo mató a 13 personas debido a que el agente fue dispersado en forma líquida. El sarín no es fácil de ser convertido en arma.
La calidad del agente también es importante. El Sarín (y el VX) es susceptible a la degradación, especialmente si no es puro. El sarín de Irak, por ejemplo, tuvo una vida útil de cerca de dos años. Aunque los productos degradados todavía son tóxicos, no pueden ser utilizados como armas.
La prueba más evidente de ello fue el ataque en el metro de Tokio, que podría haber causado muchas más bajas humanas.
El más 'popular': gas mostaza
También conocido como la mostaza de azufre, este agente recibió su nombre por su característico olor a mostaza podrida y a cebolla y ajo. Pertenece al grupo de los agentes vesicantes que afectan especialmente a los ojos, las vías respiratorias y la piel, primero como irritantes y luego como veneno para las células del cuerpo. Es particularmente peligroso por su acción retardada.
Cuando la piel está expuesta a este gas, se enrojece y se quema, horas antes de aparecer grandes 'ampollas' en el cuerpo que después producen graves úlceras y dolor. Los ojos de las personas intoxicadas se hinchan y las personas afectadas se quedan ciegas a las pocas horas de la exposición. Cuando se ingiere, las víctimas experimentan estornudos, ronquera, tos con sangre, dolor abdominal y vómitos.
Pero la exposición al gas mostaza no siempre es fatal. Cuando se usó por primera vez en la Primera Guerra Mundial, mató solo al 5% de las personas expuestas. Además fue usada durante la guerra civil en Yemen y la guerra entre Irán e Irak.
El gas mostaza es relativamente fácil de producir, con precursores fácilmente disponibles. También conserva su efecto durante un largo tiempo. Por ejemplo, las municiones alemanas utilizadas en las guerras mundiales siguen hallándose periódicamente en Bélgica y estos agentes apenas se degradan.
El que más muertes causó: el fosgeno
A día de hoy, el fosgeno es considerado una de las más peligrosas armas químicas existentes. Fue utilizado por primera vez en combinación con gas de cloro el 19 de diciembre de 1915, cuando Alemania dejó caer 88 toneladas de gas contra las tropas británicas, causando 120 muertos y 1.069 intoxicados. Durante la Primera Guerra Mundial representó el 80% de todas las muertes por ataques químicos. Aunque no es tan tóxico como el sarín o el VX, es mucho más fácil de fabricar, lo que lo convierte en el más accesible de todos.
El fosgeno es un agente asfixiante que ataca el tejido pulmonar. Los probables síntomas iniciales son tos, ahogo, opresión en el pecho, náuseas y vómitos, que se producen pocos minutos después de la exposición.
A temperatura y presión ambientales, el fosgeno es un gas casi incoloro con olor a hierba recién cortada en bajas concentraciones. Es inflamable y se evapora cuando se calienta por encima de ocho grados, lo que lo hace volátil. Sin embargo, la densidad de su vapor es tres veces mayor que la del aire, lo que significa que se acumula en zonas bajas.