Desastres naturales que cambiaron el rumbo de la Segunda Guerra Mundial
El 'General Invierno' y el 'General Raspútitsa'(el barro que se forma en los caminos y hace imposible avanzar por ellos) son los dos aliados más fiables del Ejército ruso en cualquier guerra. Así lo afirmó en 1916 la revista francesa 'Le Petit Journal', inventando un mito que ha durado hasta nuestros días, indica el portal ruso Ridus.
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Posteriormente, muchos historiadores occidentales usaron la imagen de este fenómeno mítico para explicar los éxitos del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.
Parece que los que idearon la teoría de que fue la climatología quien ganó la guerra olvidan que los soldados soviéticos tuvieron que luchar en las mismas condiciones meteorológicas que los alemanes. Sin embargo, no se puede negar que el invierno anormalmente frío de 1941 jugó un papel importante en la última fase de la batalla de Moscú.
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El 6 de diciembre el Ejército soviético pasó al contraataque a pesar de la superioridad numérica de las tropas nazis. El enemigo fue repelido a una distancia de entre 100 y 250 kilómetros de Moscú y sufrió considerables pérdidas.
La nieve impidió el avance de los nazis, que quedaron a merced del frío debido a que su equipamiento y sus uniformes eran ligeros y estaban preparados para el verano.
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Los suministros de ropa de abrigo no llegaron a las tropas nazis gracias a la intensa actividad de los guerrilleros, que volaban los trenes de carga alemanes. El plan de invadir la URSS rápidamente había fracasado y el frente se estabilizó.
Terremoto de Tonankai, Japón (7 diciembre de 1944)
La situación crítica en las islas de Japón en 1944 causada por los constantes bombardeos de la Fuerza Aérea de EE.UU se agravó todavía más el día 7 de diciembre después de que un terremoto de magnitud 8,1 sacudiera la región de Tokai y provocara un terrible tsunami. Entre otros estragos, el terremoto destruyó el centro de pruebas del nuevo proyecto del avión interceptor Mitsubishi J8M Shusui y el propio modelo de la aeronave.
El J8M Shusui debía servir para frenar los ataques de los bombarderos pesados de EE.UU., los Boeing B-29, que estaban bombardeando a los aliados nipones del Tercer Reich desde 1943. Los retrasos relacionados con la evacuación de la fábrica militar afectada por el sismo tuvieron como consecuencia que no se construyeran suficientes unidades del interceptor japonés para oponerse a los B-29.
El día 6 de agosto y el 9 de agosto de 1945 dos aviones B-29 lanzaron bombas atómicas sobre Japón, causando la muerte de 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki.
El 15 de agosto, el Imperio del Japón anunció su rendición, que se hizo formal el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación.
El tifón Cobra (18 de diciembre de 1944)
El día 18 de diciembre de 1944, la tercera flota estadounidense, al mando de la cual estaba el Almirante William Bull Halsey, fue embestida por el tifón Cobra a 480 kilómetros al este de la isla de Luzón mientras efectuaba ataques aéreos contra campos de aviación japoneses en las Filipinas.
Los resultados del impacto de la fuerza de la naturaleza fueron desastrosos para la Flota de EE.UU.: se hundieron tres destructores, 28 buques sufrieron graves daños, 146 aviones se soltaron de las cubiertas de los barcos y se perdieron, 790 personas murieron y más de 100 marineros resultaron heridos.
Ese día la flota norteamericana perdió más naves y hombres que en cualquiera de las batallas de la Segunda Guerra Mundial.