"No sé si no es mejor morir con los seres queridos que sobrevivirlos porque hay un remordimiento enorme. Todavía hoy a los 85 años estoy preguntándome porqué sobreviví", comenta a RT Simón Szych, que estuvo en un campo de concentración en Francia.
A su edad, Simón se siente culpable por la muerte de su madre. Ella sufrió la tiranía del nazismo al ser retenida y asesinada en Francia. Como si fuera una forma de protegerse, el hombre advierte que en los campos de concentración no se percibía lo que realmente pasaba.
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Tanto Simón como miles de personas que sobrevivieron a los nazis emigraron de Europa en busca de un porvenir mejor. Como el caso de Diana Wang, cuyos padres pudieron llegar a Argentina gracias a la lucha del Ejército Rojo por liberar territorios.
"Cuando mis padres murieron, yo encontré una carta que mi madre le había escrito a Stalin (...) Le contaba de sus penurias, de lo que estaban pasando y le decía 'mándanos al Ejército Rojo para que nos salve', una carta escrita en ruso, mi mamá no sabía ruso y lo aprendió... entonces imagínate que para ellos la entrada del Ejército Rojo en su ciudad Stryi, que sigue existiendo, hoy está es Ucrania, fue lo que determinó la diferencia entre la vida y la muerte", dice Diana.
Se calcula que unos 20.000 judíos llegaron a Argentina luego de resistir el Holocausto. Parte de la población reconoce que fueron recibidos con generosidad, valentía y mucha libertad para desarrollar sus ideas. La solidaridad de los argentinos fue una de las claves para rehacer la vida luego del genocidio.
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"Es verdad que en esa misma época muchas fronteras estaban cerradas para los sobrevivientes, entonces la verdad es alabable que este país de alguna manera haya recibido a esa gente totalmente rota porque los que llegaron acá habían perdido a la mayoría de su familia y apenas podían estar parados por el hambre que habían pasado durante un lustro. Se trata simplemente de reconocer con luces y sombras que en nuestro país ha habido políticos, ciudadanos, personas muy dignas. Gran parte de esos y otros que llegaron antes han podido desarrollarse y tienen esta tierra como su tierra y tienen sus muertos acá", comenta al respecto el sociólogo e investigador del Holocausto Jorge Elbaum.
Según estimaciones, millones de judíos murieron en los campos de concentración establecidos por los nazis. Si bien pasaron los años, las imágenes del terror quedarán grabadas por siempre en aquellos que empezaron desde cero en este país sudamericano. Son los que dan testimonio de lo vivido para valorarlo y decir nunca más.
La perseverancia de los inmigrantes judíos permitió que en el año 2000 se inaugurara un museo argentino del Holocausto. Desde hace 15 años, su principal función es la de construir memoria ante decenas de ciudadanos que lo recorren a diario. Ellos no vivieron el genocidio en carne propia, pero saben que conociendo lo que pasó se evitará que semejante asesinato en masa vuelva a ocurrir.
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