"El acuerdo nuclear que EE.UU. y otros países esperan alcanzar con Irán podría suponer un freno de 10 años en el programa nuclear de la República Islámica. Para algunos de los rivales regionales de Irán, esto supone una fecha límite para el desarrollo de armas nucleares por su cuenta", escribe el periodista en su columna en 'The Wall Street Journal'.
Trofímov sostiene que en Arabia Saudita hay "una llamada generalizada de la sociedad para estar a la par de la búsqueda nuclear de Irán" y que "los otros dos pesos pesados de Oriente Medio, Turquía y Egipto, se podrían ver forzados a seguir su ejemplo". El periodista establece que "una carrera armamentística de este tipo podría desestabilizar aún más la que es, prácticamente, la región más volátil del mundo, donde los riesgos de una guerra nuclear se agravan ante la amenaza de que material radiactivo pueda caer en manos de grupos terroristas".
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El periodista afirma que los líderes de Arabia Saudita "se muestran dubitativos ante el hecho de que el acuerdo que limita el programa nuclear de Teherán evite que Irán se convierta en una potencia nucleares cuando las restricciones propuestas en relación a su número de centrifugadoras y existencias de uranio venzan en 10 años".
"Nuestros líderes nunca permitirán que Irán tenga un arma nuclear si nosotros no la tenemos", ha declarado Ibrahim al-Marie, un excoronel y analista saudí. "Si Irán declara tener un arma nuclear, no podemos permitirnos esperar 30 años para tener la nuestra propia; deberíamos poder declarar la nuestra en menos de una semana", afirmó.
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Ante esto, Trofímov afirma que "parte del motivo de esta urgencia reside en que Arabia Saudita y sus aliados árabes suníes están luchando mayormente contra el Irán chií en guerras subsidiarias a lo largo de la región". Asimismo, señala que éstas "cada vez desconfían más de EE.UU.".
"Detrás de su miedo a un Irán nuclear dominante en Oriente Medio, está el temor a que el acuerdo incline dramáticamente el equilibrio de poder regional a favor de Teherán en un futuro próximo, especialmente una vez que se retiren las sanciones internacionales y se revitalice la economía iraní al tener acceso a más de 100.000 millones de dólares que posee en activos congelados en el extranjero", subraya.