Entre los experimentos tecnológicos realizados por el minisatélite lanzado por la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) destaca un prometedor experimento relacionado con la Vigilancia Radiodifusión (ADS-B) de aviones en vuelo desde el espacio, resultado de la colaboración entre el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y la compañía SES de Luxemburgo.
A lo largo de estos dos años el satélite, que tiene un volumen menor a un metro cúbico, ha recogido más de 25 millones de posiciones de 15.000 aviones cubriendo sus rutas aéreas para crear un impresionante mapa.
Las señales, que se transmiten regularmente desde los aviones, ofrecen información sobre la velocidad, la posición y altitud de los mismos. Todas las aeronaves que entren en el espacio aéreo europeo llevarán ADS-B en los próximos años. El experimento permite llegar a la conclusión de que la nueva tecnología empleada en el Proba-V podrá ser útil para la vigilancia de aviones.
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El objetivo del experimento son las grandes regiones del mundo que no tienen los radares o la distancia entre ellos es muy grande, por ejemplo sobre el Atlántico, donde la distancia minima de separación entre los radares es entre 10 y 93 kilómetros. Las pruebas permitirán aumentar tanto la capacidad de tráfico aéreo mundial como mejora la seguridad.