Zainab Bangura, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la violencia sexual en los conflictos visitó varios países de Oriente Medio en abril de 2015 para dialogar con las víctimas que sobrevivieron a violaciones. Mujeres de Siria, Irak, Líbano y Jordania han narrado a Bangura acerca de las agresiones sexuales que reinan en el mundo de los combatientes del Estado Islámico.
A las mujeres y niñas las tratan como ganado
"A las mujeres y niñas las tratan como ganado. Las clasifican y distribuyen entre los líderes y combatientes del EI", lamenta Bangura. Una de las víctimas cuenta que fue obligada a casarse más de 20 veces, y cada vez debió pasar por una cirugía que le devolviera la virginidad.
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Bangura asegura que las mujeres están permanentemente bajo riesgo. Lo peor es que ese tipo de maltrato a las mujeres es justificado con la yihad: "El Estado Islámico ha convertido la violencia sexual y el maltrato a las mujeres en el aspecto central de su ideología, utilizándola como táctica de terrorismo para avanzar en sus objetivos estratégicos."
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La violencia sexual se utiliza como una táctica para castigar, humillar y desmoralizar a la población local, con el objetivo de obtener información y poder desplazarlos. Como resultado de estas atrocidades, en los países ocupados crece "una generación de jóvenes apátridas" que será vulnerable a las tácticas de reclutamiento.
Los expertos temen que la violencia sexual del Estado Islámico se haya convertido en algo generalizado y sistemático. La mayoría de las víctimas se sienten avergonzadas y no son capaces de recomenzar sus vidas superando los brutales ataques y humillaciones que han sufrido.