A finales de abril China llevó a cabo el primer vuelo de prueba del J-11D, una versión mejorada de los aviones de combate J-11B, copias del Su-27 ruso. Tal vez lo más notable de las actualizaciones del J11-D es que incorpora el avanzado radar de barrido electrónico activo conocido como AESA por sus siglas en inglés, informa 'The National Intrest'.
Sin embargo, según 'Want China Times', que cita un artículo de la Red Militar Sina con sede en Pekín, China insiste en comprar los Su-35, incluso con el J-11D a punto de entrar en servicio.
"El Su-35 es necesario, ya que cierra la brecha existente en la Fuerza Aérea del Ejército Popular mientras entran en servicio los nuevos aviones de combate de quinta generación de China, reza el informe [de Sina], añadiendo que sin los Su-35 las fuerzas chinas se verían en problemas a la hora de hacer frente a los F-35 de Japón y la los Su-30MKI y T-50 de la India", asegura el Want China Times.
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Las intenciones de Pekín se hacen patentes en medio de la creciente preocupación que suscita el hecho de que China active sistemas de radar y de defensa de misiles en la zona y siga adelante con el establecimiento de una Zona de Identificación de Defensa Aérea que permita a Pekín dominar los cielos sobre el mar de la China Meridional.
Mientras tanto, en EE.UU. aumenta la presión sobre el Gobierno de Barack Obama para que muestre un mayor liderazgo en la zona, sobre todo teniendo en cuenta que ningún país en la región tiene los medios para enfrentarse a China. "Sin embargo, según todos los indicios, China está ganando decisivamente la lucha en el Pacífico occidental", opina Richard Javad Heydarian, especialista en asuntos económicos y geopolíticas de Asia en el portal de Al Jazeera.