"Israel insiste en ser la patria histórica de todos los judíos del mundo, algo con lo que pocos estarían en desacuerdo. Pero también insiste en ser un país de mayoría judía, cueste lo que cueste. Con el fin de mantener su mayoría judía, deben demonizar a los no judíos, particularmente a los musulmanes y árabes cristianos, como una 'amenaza demográfica'", explica el columnista Zais Jilani en el portal Alternet, quien reúne seis impactantes formas en las que el país pugna por la pureza racial.
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- Control de natalidad sin consentimiento: Durante años, el Gobierno israelí estuvo administrando inyecciones de Depo-Provera —un potente anticonceptivo de larga duración— a mujeres judías de origen etíope "a menudo sin su conocimiento ni consentimiento" con el fin de controlar la natalidad de esta comunidad, ya que su procedencia judía era a menudo cuestionado por los rabinos. Cuanto esta práctica salió a la luz en el año 2013, se ordenó su cancelación.
- Deportaciones de no judíos: Cualquiera con linaje judío puede trasladarse a Israel y pedir la nacionalidad. Pero si la persona no es judía, el proceso puede ser arriesgado. De toda la multitud de refugiados de los conflictos africanos que han huido a Israel en busca de asilo, a solo un 0,07% se lo han concedido. Recientemente, la radio nacional pública estadounidense aseguraba en un reportaje que muchos de ellos fueron deportados solo para que fueran asesinados por el grupo yihadista Estado Islámico.
- Contratos 'sin sexo': En el año 2003, una compañía israelí que contrataba trabajadores de China los obligó a firmar un contrato en el que se comprometían a no casarse ni tener relaciones sexuales con personas judías. No fue tomada ninguna medida legal contra la empresa, ya que Israel no tiene ninguna legislación que proteja a los trabajadores de estos abusos.
- Arrebatar a los palestinos el derecho a la tierra: Recientemente, el Tribunal Supremo israelí dispuso dos dictámenes que en esencia permiten a Israel demoler las comunidades palestinas dentro del país (no en los territorios ocupados) para despejar la tierra para los israelíes.
- Leyes matrimoniales discriminatorias: Israel prohíbe a su población contraer matrimonio con palestinos al negarse a reconocer a ese cónyuge como ciudadano. Asimismo, el país no cuenta con leyes maritales civiles y deja el matrimonio en manos de los clérigos, que velan por prevenir el matrimonio interracial.
- Derecho de retorno, solo para judíos: La política más sistemática destinada a mantener una mayoría judía es la 'ley de retorno'. Bajo esta ley, los judíos pueden ir al país desde cualquier parte del mundo y demandar la ciudadanía, pero los ciudadanos palestinos expulsados de sus casas después de varias guerras, no.
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