Aunque en los años 90 el tema de la globalización dominaba el debate político-económico, en la actualidad se pueden observar indicios de una tendencia opuesta, la "desglobalización", fomentada por la crisis financiera.
Desde 2008, "los gobiernos han adoptado de manera sigilosa todo tipo de mecanismos para proteger la producción nacional", ha señalado a BBC Mundo Simon Evenett, experto en comercio mundial de la Universidad de San Galo, en Suiza. Una de las consecuencias ha sido una disminución del comercio mundial.
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Mientras que antes de 2008 por cada crecimiento del PIB global del 1% se registraba un aumento del comercio mundial del 2%, actualmente la proporción es, en el mejor de los casos, uno a uno. "Esta caída en el comercio mundial afecta al sector exportador, que deja de ser un motor del crecimiento. Esto impacta en la creación de empleo y en los niveles salariales", ha advertido Evenett.
Otra tendencia común para muchos países ha sido la intensificación de los discursos antiinmigratorios y de carácter nacionalista, como por ejemplo Syriza en Grecia y SNP en Escocia.
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Por otra parte, en el sector de las finanzas, existe una "masiva contracción en los flujos financieros globales" que Kristin Forbes, miembro del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra calificó de "desglobalización bancaria". Uno de los ejemplos de este fenómeno es el cierre de operaciones bancarias en más de 20 países del HSBC y, en consecuencia, la pérdida de más de 30.000 puestos de trabajo entre 2011 y 2013.
No obstante, dichas circunstancias tampoco llevan a una conclusión clara, ya que la "desglobalización" también podría ser una tendencia transitoria. Esta es la opinión de Raoul Leering, jefe de Investigaciones sobre comercio internacional del Banco ING, quien se ha mostrado convencido de que "la integración económica sigue adelante".