Los pilotos del Boeing 777 malasio pudieron haber visto el misil del complejo antiaéreo Buk-M1 que se estrelló cerca de la nariz de la aeronave. De ahí que el máximo impacto lo recibió el primer piloto, mientras que el lado derecho de la cabina fue literalmente cortado del fuselaje. Estas y otras conclusiones figuran en la versión completa del informe del consorcio de defensa antiaérea Almaz-Antei que fue inicialmente divulgado el 2 de junio y difundido por TASS.
La versión completa de la presentación cuenta con 53 diapositivas y se divide en tres partes. El informe contiene una modelización detallada del impacto del misil 9M38M1 del complejo Buk-M1 contra la aeronave: se aporta un abundante número de fotografías exclusivas, gráficos y cálculos entre otros datos. Además, el documento ha desclasificado lo que ocurre después de la explosión de una ojiva de misil de este tipo y cómo se difunde la nube de elementos destructivos.
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En la primera parte del informe se indica que el misil que pudo haber causado la catástrofe es el 9M38M1 del complejo antiaéreo Buk-M1. Almaz-Antei presenta las fotos que muestran los daños causados por el impacto de un 9M38M1 contra un objetivo especial controlado por radio durante unas pruebas. Puede apreciarse que los daños que recibió el blanco y los del Boeing malasio son idénticos.
Asimismo, en la presentación se proporciona un diagrama detallado de la propagación de los fragmentos del misil 9M38M1 y se especifica el tipo de elementos destructivos, su número o la forma de la ojiva entre otros parámetros.
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En la segunda parte del informe se presentan esquemas detallados de la propagación de los elementos destructivos en el interior de la aeronave, en particular los puntos de contacto con la carcasa y los elementos de la estructura principal de la cabina. La tercera parte contiene una simulación de la trayectoria de vuelo del cohete y se determina la zona desde donde pudo haber sido lazado el misil que destruyó el avión malasio: la pequeña localidad de Zaróschenskoe, que en el momento del ataque estaba controlada por el Ejército ucraniano.
El estudio de Almaz-Antei se llevó a cabo en el marco de una apelación presentada contra la decisión de la Unión Europea de incluir el consorcio en la lista de empresas sancionadas. Según los funcionarios europeos, los productos del consorcio tienen relación con la catástrofe del Boeing malasio. Sin embargo, como señaló el director ejecutivo de Almaz-Antei Yan Nóvikov, el derribo modelado del Boeing muestra lo contrario: en Rusia la fabricación del misil 9M38M1 terminó en 1999, tres años antes de que fuera creado el grupo Almaz-Antei.